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Las aguas contaminadas del Segura inundan de protestas las calles de Madrid

Unas 10.000 personas (más de 15.000 según la organización) llegadas de todos los municipios de la Vega Baja se manifestaron ayer en Madrid para reivindicar que el Segura, a su paso por esta comarca alicantina, vuelva a ser lo que fue: un río, no la cloaca en la que se ha convertido. La manifestación, la mayor movilización que se ha registrado en la capital de España por un asunto medioambiental, terminó en el Congreso de los Diputados, donde los manifestantes amenazaron con una huelga general si no reciben respuesta de la Administración en el plazo de 15 días.

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Casi 500 kilómetros en autobús recorrieron ayer ciudadanos de la Vega Baja, Murcia y Elche para reclamar en Madrid a la Administración soluciones urgentes que atajen la contaminación del Segura, la salinización de las aguas y la sobreexplotación del río. La manifestación partió de la calle de Atocha pasadas las doce de la mañana, y concluyó, dos horas después, en la Carrera San Jerónimo, ante la puerta del Congreso de los Diputados. Allí se leyó un manifiesto y se entregó un informe sobre el estado del río al vicepresidente del Congreso, Josep Bevià, que es también presidente del PSPV-PSOE, para que éste lo traslade a los grupos parlamentarios. "Tenemos la obligación de rebelarnos, porque nuestra dignidad como personas está en juego", rezaba un manifiesto, que fue leído al final de la marcha, muy crítico con la Administración, a quien culpan de "torpe e irresponsable" por permitir "que el río y todo lo que depende de él se haya convertido en una cloaca". En un discreto segundo plano, participaron en la protesta el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, el candidato del PSPV a la presidencia de la Generalitat valenciana, Antonio Asunción, y Josep Beviá, entre otros dirigentes políticos. Al frente de la protesta se situaron sus organizadores: los colectivos Pro Río, Segura Limpio, Cauce Arriba y Segura Vivo, y los alcaldes del PP de Orihuela, Rojales y Guardamar, los municipios más afectados por la contaminación del Río. Antonio Gutiérrez nació en una de las casas de Orihuela con fachada al cauce del Segura, cuando la gente se bañaba en el río. "Las administraciones han reaccionado tarde y mal", dijo. A juicio del dirigente sindical, el masivo desplazamiento de ciudadanos de la Vega a Madrid demuestra que "es mentira que los pueblos tienen el Gobierno que se merecen". Amenaza de huelga Los manifestantes exigen al Gobierno que presente, en el plazo de 15 días, un calendario de negociación entre el Ejecutivo y los colectivos y ayuntamientos convocantes de la protesta, bajo la amenaza, si no hay respuesta, de convovar una huelga general en la comarca. Reivindican los derechos de los regantes acerca de los regadíos tradicionales, exigen una plan integral de saneamiento del río y reclaman un caudal ecológico para la regeneración del Segura y una ordenación del territorio para "poder ver nuestras posibilidades urbanísticas en el marco de un desarrollo sostenible". La protesta colapsó el tráfico en el centro de Madrid. El ex ministro del Interior Antonio Asunción se comprometió a solucionar los problemas del río si gana las elecciones el 13 de junio. Tachó de "desastrosa" la política medioambiental del Partido Popular, y resaltó la magnitud del éxodo de ciudadanos de la Vega Baja a Madrid. El alcalde de Orihuela, José Manuel Medina, del PP, quien dudó hasta el último momento en sumarse a la protesta, al no ser ésta bien vista por su partido, dijo que un alcalde debe estar con su pueblo, "y más aún cuando se reivindica algo justo". Medina consideró "ejemplar" la respuesta de la comarca a la movilización, y remarcó que el problema del Segura es de "dejadez histórica". A juicio del alcalde oriolano, la Administración del PP ya está realizando importantes inversiones para que "en un futuro no muy lejano el río vuelva a ser lo que era". El eurodiputado de Izquierda Unida Pedro Marset, llegado ayer de Bruselas para asistir a la manifestación, resumió la protesta como "un grito de SOS que han lanzado los ciudadanos de esta comarca". Denunció Marset que la Unión Europea no lleva a cabo un seguimiento de las inversiones que ejecuta en saneamiento. "Hay depuradoras en Murcia pagadas por Europa que no funcionan", enfatizó. Mientras esto ocurría en Madrid, las aguas bajaban negras por el cauce del Segura.

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