"Penenes"
La Ley de Reforma Universitaria planteó la desaparición de la tradicional figura del pnn, el contratado o interino que se dedicaba a tiempo completo a labores universitarias y que deambulaba por las aulas años y años en espera de la convocatoria de oposiciones que le permitiesen acceder a la condición de funcionario. En la misma se eliminaba cualquier relación laboral a tiempo completo que no fuese la funcionarial, la interinidad quedaba limitada al tiempo de un año y las convocatorias de concursos pasaban a ser competencia de cada universidad. No obstante, pronto comenzó a producirse la distorsión de la norma, ya que se permitió el uso de la figura del Profesor Asociado (reservada a profesionales de prestigio que tienen su actividad principal fuera de la universidad) para la contratación masiva de recién licenciados que asumiesen plenamente las labores universitarias y cubriesen la docencia a bajo coste. Esta mano de obra barata en algunos casos ha llegado a suponer casi el 50% del profesorado con dedicación plena y constituye la nueva clase de penenes de la democracia. Sus contratos se renuevan anual o bianualmente y algunas veces son tan precarios que podemos encontrar profesores que llevan más de cinco años con un contrato a tiempo parcial (un 75% de la docencia de un funcionario) por el que cobran apenas 80.000 pesetas (entre el 50% y el 60% de lo que cobra un auxiliar administrativo de la propia universidad). Un negocio redondo para la universidad ya que el mismo trabajo realizado por un profesor funcionario costaría unas 200.000 pesetas. En la última semana, en la Universidad de Sevilla han comenzado movimientos de los representantes sindicales del personal de administración y servicios demandando la equiparación de sueldo con otras universidades. Con ello se toman posiciones para la elección del nuevo rector que se producirá el próximo curso y que, como viene siendo tradicional, supondrá mejoras laborales y salariales a cambio del voto en el claustro. Esperemos, no obstante, que en esta ocasión se haga justicia y no se ceda a las presiones de equiparación sin antes garantizar un sueldo digno para los penenes más en precario.LUIS ÁNGEL HIERRO
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