Recoletos abre su biblioteca callejera de incunables
La XXIII edición de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión ofrece todo tipo de volúmenes de varios siglos.
Entre la plaza de Cibeles y la de Colón, el paseo de Recoletos abre estos días su biblioteca callejera de incunables y viejas rarezas. Libros de todos los temas, con muchos siglos de vida y para todos los bolsillos (desde 100 pesetas hasta el millón).Hay toda clase de curiosidades y títulos. Hay libros para todos los gustos, menos nuevos. Ni un volumen recién salido de la imprenta se puede encontrar en la 23ª edición de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que organiza la Asociación de Libreros de Lance de Madrid y que estará abierta hasta el próximo 23 de mayo.
Las 47 casetas que han abierto estanterías en la gran biblioteca del paseo de Recoletos ofrecen su emocionante género a clientes variopintos. Hay compradores a medida: una señora acudió a la feria con un metro y pedía una cantidad concreta de libros. En centímetros. Tenían que ser de una altura y de un color determinados.
Estaba claro que la señora buscaba objetos de decoración, tal y como explica el librero que vivió la anécdota, que no deja de ser una curiosa excepción.
El público de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión se divide entre los coleccionistas que acuden en busca de títulos muy concretos y los que van en busca del chollo: por 500 pesetas se pueden adquirir los títulos más clásicos de la literatura española. Como los de la colección Austral, la colección Clásicos Castellanos de Espasa-Calpe o de Ediciones Molino.
Resulta muy curiosa también la procedencia de los libros que, unas veces de canto, otras con las portadas completamente a la vista, ofrecen los libreros llegados de toda España que participan en la feria.
Estos profesionales, según cuentan Francisco Martínez Moncada, flamante presidente de la feria, y José Antonio Berchi, que ha ostentado este cargo durante ocho años, rastrean mercadillos o acuden a subastas. "La mayoría de los libros procede de bibliotecas privadas. De viudos o viudas que se quieren deshacer de ellos o de gente que los vende porque se muda a casas más pequeñas", relata Martínez Moncada.
Hay libreros que encuentran buena parte de sus fondos en Japón, en África o en el continente americano.
Para Abelardo Linares, el propietario de la librería Renacimiento de Sevilla, resulta rentable desplazarse a lugares tan remotos, porque allí el mercado está menos saturado y los precios son más bajos. Por eso sale de viaje cada dos meses para sus grandes compras.
La más importante de las operaciones de Abelardo Linares se produjo hace cinco años en el Bronx de Nueva York: nada menos que un millón de ejemplares de literatura hispana se trajo de Estados Unidos. Se los compró todos a Eliseo Torres, un librero que había levantado una librería de siete plantas en este barrio de Nueva York. "Viviremos de esos libros hasta los restos", comenta Adán Latonda, un empleado del establecimiento. También ha adquirido muchos libros en Cuba. Millones se ha dejado en esta isla, en la que, sin embargo, permanecen, sin poder salir, todos los libros anteriores a la revolución. Los que consigue sacar es a escondidas y sin permiso.
Se buscan mucho ahora los libros de viajes, los de temas locales o primeras ediciones de la generación del 27, que pueden costar de 60.000 a 200.000 pesetas. También los de tauromaquia o los que contienen grabados. "Aquí, lo que se viene buscando son libros agotados", dice Berchi. "Los clientes suelen ser el señor que busca los libros que leía en su infancia o la señora que anda detrás del libro que dejó a una amiga y no volvió a ver jamás", cuenta, por su parte, otro de los libreros.
Cuenta el presidente de la feria que hay unas 20 peticiones para plantar una caseta en la feria, que se trata de una de las citas más prestigiosas del género en estos momentos. "Ofrecemos la posibilidad de tocar libros del siglo XVIII en plena calle", comenta Berchi. La mayoría de los libros son de este siglo y del pasado. Y algunos llegan, directamente, desde el Bronx.
Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, en el paseo de Recoletos, hasta el 23 de mayo. De 11.00 a 21.00.
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