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Homenaje

DE PASADADos actos de muy distinto talante tuvieron lugar en Córdoba en la mañana del 1 de mayo, ya saben el Día de los Trabajadores. Como es habitual, los sindicatos convocaron a sus simpatizantes para recorrer las calles de la ciudad en demanda de mejoras en las condiciones laborales. El objetivo de la manifestación, la defensa de los puestos de trabajo de la fábrica de cervezas Sureña, amenazada por el cierre inmediato. Junto a ello, la marcha obrera acogió un gran discurso pacifista. Cese inmediato de la guerra en Yugoslavia. A la manifestación no faltaron por supuesto los líderes sindicales. Los secretarios provinciales de UGT y CC OO, Rafael Toledano y Francisco Ferrero, abrieron la marcha. En torno a 2.000 personas seguían sus pasos. Tres de las candidaturas a la alcaldía estaban presentes. El socialista José Mellado; la cabeza de lista de IU, Rosa Aguilar; y el candidato del Partido Andalucista, Manuel Cobacho. La propuesta del PP al sillón municipal, el alcalde Rafael Merino, estaba en el homenaje que la patronal agrícola ASAJA tributaba a la ex ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, en agradecimiento por los servicios prestados. La expectación levantada entre los entusiastas de la ex responsable del campo español era grande. El secretario provincial de ASAJA, Antonio Medina Perales, se apuntaba sin duda un tanto logrando convocar a tan eminente señora a escasos dos días de su proclamación como candidata popular al Parlamento Europeo. Acorde con el cache de la invitada, la patronal agraria había concertado con Cajasur la cesión del magnífico salón de actos con que cuenta la entidad financiera en su sede del bulevar del Gran Capitán. A última hora descubrieron un fallo. Error de cálculo. La entrada de la ex ministra al edificio de Cajasur coincidía irremediablemente con el paso de la manifestación por esa misma puerta. No parecía muy buen homenaje para Loyola exponerla a un posible abucheo por parte de los sindicalistas. Finalmente, se optó por trasladar el acto a otro salón de dimensiones más reducidas que tiene la caja de ahorros varías calles más abajo. Una lástima. Allí no cabía nadie. Mucha gente llegó tarde, mientras esperaba a la ex ministra en el lugar propuesto originariamente. En fin, un follón que resultó en la pérdida del tanto brillantemente obtenido por Medina Perales. Otra vez será, que vaya llamando a Jesús Posada.

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