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El Ayuntamiento amenaza a los policías que no faciliten la retirada de coches

Jan Martínez Ahrens

El Ayuntamiento de Madrid no quiere dejar aparcado el problema de la grúa. Para ello, la jefatura de la Policía Municipal ha emitido una orden interna en la que supedita el trabajo de los agentes al horario de la grúa y amenaza con exigir "responsabilidades" a los policías que se marchen antes de la llegada del enganche. El mando policial justifica la medida como una forma de evitar la descoordinación y el despilfarro de medios. El PSOE sostiene que se trata de una forma de aumentar la recaudación ante las pérdidas ocasionadas por el aumento (de 8.700 a 14.000) de los servicios nulos (aquellos en los que no se carga ningún coche, pero que el Ayuntamiento ha de pagar a Emitra, la empresa de la grúa).

Las instrucciones impartidas por el inspector jefe de la Policía Municipal, José Manuel Morales, tienen como fin "suprimir la descoordinación" y "mejorar la comunicación" entre los agentes y Emitra. Los problemas, según se desprende de la nota interna, radican en los errores a la hora de retirar los vehículos (por ejemplo, la inasistencia del agente o la espera de la grúa a que éste llegue). Unos fallos que, como señala la orden, parten de una información deficiente y generan "situaciones tensas, difícilmente aceptadas" por los ciudadanos.En esta línea, Morales destaca que para racionalizar el servicio y evitar el "despilfarro" se han de suprimir tiempos de espera "innecesarios" y asignar recursos de forma coherente. Resultado de esta doctrina es un manual de instrucciones, de obligado cumplimiento, en el que la grúa prima sobre el agente. Así, se establece que cuando un policía llegue a un punto de retirada de vehículo tenga que esperar a la grúa, aunque ésta se retrase. Justo lo contrario sucede cuando la demora corresponde al agente. En este caso, cuando la grúa llegue al punto requerido y no se encuentre al policía, volverá inmediatamente a la base, sin esperar al agente. Y "sin perjuicio de las responsabilidades que a éste pudieran ser exigidas".

Para el concejal socialista Eugenio Morales, el motivo de la medida es económico. Entre enero y marzo de este año, la grúa efectuó 14.041 servicios nulos, frente a los 8.730 del mismo periodo de 1998. Esto implica un incremento del 60% en servicios que no han supuesto ninguna ganancia para el Ayuntamiento de Madrid, pero sí un coste. "Cada salida de la grúa, vuelva o no a la base cargada con un coche, es pagada por el Ayuntamiento a Emitra. Por tanto, el aumento de los servicios nulos, muchos ocasionados por la inasistencia del policía o la descoordinación, redunda en una subida del gasto municipal", señaló Morales.

Este incremento, además, no ha venido acompañado de una mayor actividad de la grúa que permitiese compensar las pérdidas. Por el contrario, en el primer trimestre de este año, Emitra efectuó 47.950 servicios, un 1% menos que en el mismo periodo del año pasado. Y finalmente, también descendieron un 31% los enganches cobrados en la calle (de 3.603 a 2.482). Consecuencia de esta bajada generalizada ha sido, a juicio del concejal socialista, la orden remitida por la jefatura. "El servicio de grúa deja de ser un elemento de disciplina viaria para convertirse definitivamente en un elemento recaudador. No busca mejorar el servicio, sino ganar más, no perder tiempo. Y lo hace supeditando las tareas de la policía a los beneficios de una empresa privada. Es decir, para solucionar la descoordinación, la ineficacia y la falta de información al usuario apuestan por la subordinación económica a una empresa privada", concluye.

La central UGT mantiene una postura similar. Para este sindicato, junto a la amenaza que subyace en la orden y que ya ha supuesto la apertura de diligencias para algunos agentes, la medida supone primar el beneficio privado frente al servicio público. "No nos dejan prestar un buen servicio al ciudadano; el hecho de tener que esperar hasta una hora a la grúa nos impide dedicarnos a otros servicios de mayor interés y trascendencia para el ciudadano, como, por ejemplo, atender un accidente", señaló un portavoz de UGT.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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