Procesados un comisario y dos mandos policiales de Málaga por narcotráfico

Un juez de Málaga ha abierto auto de procesamiento por tráfico de drogas contra dos mandos policiales de Fuengirola y por detención ilegal contra el comisario de esta localidad malagueña, para los que impone fianzas de 15 y 10 millones de pesetas, respectivamente. El juez ha llegado a esta conclusión al descubrir que se le ocultó que dos policías fueron sorprendidos por sus compañeros con casi 10 kilos de cocaína.El magistrado, además, levanta las medidas contra los nueve integrantes de la presunta red de narcotraficantes desarticulada por los encausados, porque fue capturada, supuestamente, "mediante la comisión del delito", y exculpa al comisario provincial de Málaga, Víctor Olmos Barrios, así como al ex jefe provincial de la Unidad contra el Crimen Organizado, Udyco, ambos inicialmente imputados, y que en su momento no informaron de la incidencia al magistrado, dando por buena la versión de que todo se trató de un malentendido entre los investigadores de las dos dependencias policiales.

Los hechos se remontan a julio de 1998. Un grupo de investigación de Málaga montó una vigilancia junto a la comisaría de Fuengirola ante la certeza de que se iba a producir una transacción de droga. Con la autorización de un juez de Torremolinos y gracias a que han intervenido el teléfono de un sospechoso, esperan que un traficante recoja unas llaves de un bar y deposite la mercancía en un vehículo aparcado. Sin embargo, se presentan en un coche policial camuflado Juan G. G., inspector jefe de la Udyco en Fuengirola, y Pedro P. M., responsable de la brigada operativa, y dejan en el interior del turismo sospechoso una bolsa que contenía 9,8 kilos de cocaína. Al marcharse son detenidos por el grupo de Málaga.

En las dependencias policiales, los agentes argumentan que ha sido un error y que ellos pretendían realizar una entrega vigilada de droga a una organización a la que siguen desde noviembre, y esgrimen una diligencia del juez número 5 de Fuengirola. En una reunión entre el comisario local, Fernando Martínez, y el responsable provincial de la Udyco, Miguel González, termina por imponerse la tesis de los detenidos. La bolsa regresa entonces al coche del sospechoso, aparcado en un supermercado, donde se presentan los presuntos traficantes que son arrestados. Las diligencias se entregaron al juez sin reflejar el incidente policial.