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Se nota, se siente

Las declaraciones del presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Rafael Álvarez Colunga, dadas con motivo del caos en el tráfico aéreo, no tienen desperdicio. El presidente de la patronal califica la gestión del ministro Arias-Salgado de "desastre", y afirma que "cada vez que habla perjudica a Andalucía, por lo que cuanto antes lo quiten, mejor". Es la respuesta del colectivo empresarial al rosario de suspensiones de vuelos y demoras que están ocasionando a Andalucía un grave perjuicio económico, sin que haya merecido una explicación seria por parte del Gobierno del PP, como no sea la de trasladar a terceros su ganada incompetencia en la solución a este problema. El hecho de que haya sido el PSOE quien provocado una interpelación en el Senado al ministro sobre el caos aéreo y destaque su ineficacia -ya nos gustaría a los usuarios que Arias hubiera dispuesto de la misma destreza en solucionar este problema que Piqué en fijar la cuantía de sus impuestos- no hace menos verdad que, salvo excepciones, no hay quien vuele a motor. Lo ha dicho la CEA y lo dicen los grupos políticos que conforman el Parlamento andaluz, donde van a pedir la destitución de este ministro, sin otra excepción que el PP-A, a pesar de que a Andalucía empieza a ser casi imposible llegar por aire. Si Javier Arenas, en lugar de pegar saltos cogido de las manos con siete de sus candidatos a las alcaldías de Andalucía, las soltara para exigir que se empleen en servir a los ciudadanos, sin tratar de ocultar el caos aéreo que soportan sus paisanos, con la fecha que debió advertirse que no se convocarían las elecciones autonómicas, empezaría a despejarse y evitaría que Soledad Becerril escondiera su presentación saltarina en compromisos por la Feria de Abril o que Pimentel tuviera que coger el primer avión militar -otros, imposible- que pasaba para llegar a Andalucía, eso sí, de turbo hélice. Este secretario general sin sus anteriores apoyos termina haciendo verdad el dicho que se empieza a escuchar: se nota, se siente, que Pimentel no está presente, porque, cuando estaba, a Arenas otro gallo le cantaba y estas cosas, Arenas, no largaba. Una pena, lo del avión.

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