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Antes y después de Dover

Si por repercusión y popularidad de un artista se midiera el éxito de un sello independiente, Subterfuge se llevaría el gato al agua. Y, de hecho, se lo llevó la semana pasada, cuando la SGAE la distinguió como mejor compañía independiente en los Premios de la Música, otorgados el pasado jueves. Y todo gracias a Dover, el grupo indie que más lejos ha llegado. Pero Dover ahora es de Chrysalis, la multinacional perteneciente al emporio Emi, que les fichó tras el éxito de su disco Devil come to me, del que Subterfuge despachó más de medio millón de copias.

"Todo lo que ganamos", asegura Carlos Galán, fundador y director de Subterfuge, "se reinvierte en la compañía, hemos crecido y nuestra infraestructura es mayor, pero seguimos trabajando con el mismo rollo que cuando empezamos".

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En la cresta de la ola

Con una década a sus espaldas, Subterfuge, que empezó siendo un fanzine [publicación alternativa], se ha diversificado y ampliado contenidos: tiene una línea de cómics, otra para jóvenes realizadores de vídeo y ha aumentado su catálogo con los subsellos Canciones desde la Tumba, donde se rescatan, entre otras, viejas grabaciones de Alaska; Música para un Guateque Sideral, especializado en música ambiental, y Satanic Charme, para música electrónica, donde graba Smol Tosi o Najwajean. Subterfuge ya no tiene a Dover, con quien se convirtió en "la gigante de las independientes", pero ahora apuesta por Undrop, Los Fresones Rebeldes, TCR, Dr. Explosion, Undershakers, Fromheadtotoe, Sexy Sadie o Birabent, su último fichaje, hijo de Moris, el legendario rockero argentino que triunfó a finales de los setenta al cantar a los barrios, calles y bares de Madrid.

A pesar de haber demostrado un excelente olfato como cazatalentos (Dover, Australian Blonde, Los Planetas), Galán nunca ha recibido propuestas para ingresar en una multinacional, pero sí ofertas de colaboración. Hace unos años cedió a RCA los derechos de Australian Blonde y Los Planetas a cambio de que Subterfuge los desarrollara. A Galán no le quedó buen recuerdo de la experiencia, pero sólo dice: "Nunca más colaboraré con una multi". "Tienen otros métodos y otro estilo que me cuesta asumir. Prefiero ir a mi bola", concluye.

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