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GUERRA EN YUGOSLAVIA Cumbre de Washington

La OTAN aísla más a Milosevic tras una cumbre con todos los vecinos de Yugoslavia

Mientras las bombas siguen cayendo sobre Yugoslavia, la Alianza Atlántica estrechó ayer el cerco diplomático en torno al presidente serbio, Slobodan Milosevic, al reunir en Washington, en el marco de la reunión de la OTAN, una cumbre balcánica a la que acudieron todos los vecinos de Belgrado. El Consejo Atlántico se reunió al máximo nivel con representantes de Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Albania, Bulgaria y Rumania para garantizarles protección e inversiones económicas y agradecerles su cooperación en la guerra

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"Si Belgrado desafía a sus vecinos por la presencia de la OTAN responderemos", afirmó en su discurso el presidente norteamericano, Bill Clinton. La reunión supuso el regreso al escenario internacional de Croacia, país al que se ha mantenido en cuarentena por su lamentable historial en operaciones de limpieza étnica. Su presidente, Franjo Tudjman, que padece un cáncer en fase terminal y que no es bien recibido en ninguna capital europea, no viajó a Washington, y Croacia estuvo representada por su ministro de Exteriores, Mate Granic, al igual que Bosnia. Ambos países son los dos únicos de los siete vecinos de Yugoslavia que no pertenecen al Consejo de Cooperación Euroatlántico. El secretario general de la OTAN, Javier Solana, agradeció en su discurso la contribución que estos países están haciendo a la causa aliada. Todos ellos han permitido el uso de su territorio o de su espacio aéreo a la OTAN, y algunos, como Macedonia y Albania, sufren las consecuencias de la riada humana que huye de la guerra. Solana se sumó al mensaje de Clinton al señalar que un "ataque a uno de ellos será un ataque a todos".

Al paraguas militar de la OTAN desplegado en Washington, la UE anunció que está dispuesta a sumar un sustancioso cheque para la reconstrucción y el desarrollo de los Balcanes. Para estudiar ese plan de ayuda, una especie de nuevo Plan Marshall, la presidencia alemana ha convocado a los ministros de Exteriores de la UE, que se reunirán el próximo 27 de mayo en Petesberg, cerca de Bonn. Se repite así un esquema que funciona en otras crisis internacionales. Estados Unidos pone la fuerza militar y la dirección estratégica, y la UE, la financiación económica y la ayuda humanitaria.

Alemania, que ha intentado una aproximación propia para buscar una salida negociada al conflicto, desea que Yugoslavia pueda sentarse pronto a la mesa del plan de la UE.

La cumbre balcánica, que se reunió en el Mellon Auditorium, donde hace 50 años se firmó el nacimiento de la OTAN, registró una notable "convergencia de criterios" entre los siete países invitados, según el ministro español de Exteriores, Abel Matutes. Todos los oradores coincidieron en responsabilizar a Milosevic de la dramática situación en los Balcanes, y subrayaron que sin la cooperación internacional no puede haber salida al conflicto.

Modelo multiétnico

"Hay que preservar las fronteras y salvaguardar el modelo multiétnico", afirmó el presidente de Macedonia, Kiro Gligorov, resumiendo una preocupación extendida en los Balcanes. Si no cesa la limpieza étnica y la tentación de modificar las fronteras, toda la región, que cuenta con importantes minorías nacionales, estará permanentemente desestabilizada. El cerco de acero que la OTAN está trenzando militar y políticamente en torno a Milosevic hasta que acepte las cinco condiciones impuestas por los aliados para detener las hostilidades deja poco campo de maniobra a las iniciativas diplomáticas, como ha podido comprobar el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, que presentó su propio plan de paz para Kosovo. Kuchma, el único presidente que acude a esta cumbre que condenó el ataque de la Alianza contra Yugoslavia, propuso que la OTAN suspenda sus bombardeos simultáneamente al despliegue de una fuerza internacional de interposición formada por la ONU y la OSCE. Solana le agradeció la intención, pero recordó que los cinco puntos no son negociables.

La importancia estratégica que la OTAN da a Ucrania quedó reflejada en la reunión especial concertada el sábado por la tarde con su presidente. En el comunicado conjunto que siguió a esta reunión, Ucrania y la OTAN suscribieron un llamamiento para construir un Kosovo pacífico, democrático y multiétnico, pero evitaron toda referencia a la iniciativa de Kuchma. La OTAN cuenta, sin embargo, con Ucrania para cualquier solución negociada.

La reunión bilateral con Ucrania, la cumbre balcánica y la posterior reunión con los países del Consejo de Cooperación Euroatlántico, en su mayoría repúblicas ex soviéticas, puso de manifiesto no sólo el poder de la Alianza y el aislamiento de Yugoslavia, sino la creciente soledad de Rusia, a la que sólo acompañó Bielorrusia en su notoria ausencia de la cumbre.

A fin de no agudizar en Moscú un posible sentimiento de marginación, que se agrava con una cierta sensación de impotencia militar, la OTAN parece dispuesta a refrenar su expansión hacia el Este hasta que no se resuelva la crisis de Kosovo.

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