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Female Factory une sus voces por la armonía mundial

Trece mujeres de diversos países y razas actúan el 1 y el 2 de mayo en Madrid

Son 13 mujeres y nueve nacionalidades que unen sus voces en un grito armónico por la paz y los derechos de los más débiles. Los ritmos de Female Factory son una mezcla de raíces tradicionales y música pop. Con esta base de ethno-crossover han conquistado Amsterdam. En Madrid darán un concierto los días 1 y 2 de mayo a favor de Amnistía Internacional acompañadas por Carmen Linares.

¿Por qué sólo mujeres?, repite la holandesa Leoni Jansen, que, junto a su compatriota Adelheid Roosen, dio a luz a la idea. "Porque somos la fuente de la vida y por ahí se puede empezar para cambiar la actitud y resolver de otra forma las diferencias que existen en el mundo". Además de su sexo, la fuerza de su personalidad que ocupa el teatro en cuanto han puesto un pie en el escenario, las 13 tienen algo más en común: su estilo se hunde en sus orígenes culturales más ancestrales. Como Kiné Lam, una senegalesa nacida en una familia griot que encontró en los ritmos occidentales el complemento a su música tradicional. O Yulduz Usmanova, que logra una perfecta síntesis del rock con la música de Uzbekistán, un conjunto de ritmos turcos y persas con influencias asiáticas. "Yo modernizo la música tradicional para lograr conservarla", explica esta pequeña mujer, que un día tuvo que luchar duramente para abrirse camino en un mundo en el que sólo mandaban hombres y hoy llena teatros. "Tengo más influencia que el primer ministro", reconoce sin pudor.

Al igual que ella, el resto de las mujeres que componen Female Factory son grandes estrellas en sus países. A la senegalesa Lam le han concedido un estatus diplomático; la californiana Rocq-E Harrell, con su mezcla de soul, blues y pop, ha cantado con Stevie Wonder y Diana Ross; la búlgara Janka Rupkina arrebata pasiones en toda la Europa del Este y se ha hecho muy popular en Estados Unidos, Australia y Japón... "¿Imaginas lo que es juntar tanto ego alimentado?", dice Jansen, que, además de impulsar la idea, participa en el show representando a Holanda.

Las componentes de Female Factory, que actúan acompañadas por una banda de 10 músicos varones, han tenido que aprender a compartir el éxito, a ceder celebridad, a quedar diluidas en la masa, a pensar en los demás. Aunque al principio las africanas se empeñaban en mantener su costumbre de improvisar creando grandes dificultades al resto, a pequeña escala las 13 cantantes han hecho suyo ya el mensaje que Jansen y Roosen pretendían lanzar al organizar esta gira internacional: "La posibilidad de tener un mundo en paz de respeto a los demás sin perder la propia identidad".

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