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La Biblioteca Valenciana ya dispone de una sede tras finalizar la rehabilitación de Sant Miquel dels Reis. Zaplana afirma que Sant Miquel dels Reis será el referente de la vida cultural valenciana

María Fabra

El contenedor, por fin, está dispuesto; ahora falta el continente. El monasterio de Sant Miquel dels Reis de Valencia cobró ayer nueva vida en forma de Biblioteca Valenciana. La profunda rehabilitación ha devuelto el esplendor a uno de los edificios más representativos de la arquitectura renacentista valenciana. Pero libros, todavía no hay. Hasta final de año, según las previsiones, no se abrirán las puertas a los lectores. Mientras tanto, el público podrá contemplar la belleza de un monasterio, que también fue prisión de infausto recuerdo. Pero ayer fue un día de celebraciones. "Este edificio imponente ocupó un lugar privilegiado dentro de la cultura valenciana y fue un hito emblemático de nuestro patrimonio artístico y bibliográfico", manifestó el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, tras haber recorrido las enormes estancias y pasillos, las celdas que antaño albergaron a los monjes jerónimos y pronto a los lectores, los dos claustros, o el antiguo refectario, hoy zona de recepción y de trabajos técnicos. Las distancias en el interior del monasterio son grandes. Para salvarlas, se han ideado unos pequeños robots que trasladarán los libros de los depósitos a las salas de consulta. Se ha buscado un punto de equilibrio entre la recuperación de una obra monumental y su acondicionamiento como biblioteca. A veces se ha sacrificado este último aspecto en beneficio del primero. La nutrida comitiva de invitados, encabezada por Zaplana, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Francisco Camps, y el consejero de Cultura, Manuel Tarancón, y compuesta mayoritariamente por cargos políticos del PP, se disolvió en múltiples grupos a lo largo de la visita. Sorprendía la ausencia de representantes de las instituciones académicas y más en concreto de Pedro Ruiz, rector de la Universidad de Valencia, que ha cedido numerosas obras para la exposición La biblioteca reial de Nàpols. D"Alfons el Magnànim al Duc de Calabria. Ruiz no fue invitado. La muestra ha servido de marco para la inauguración del magno edificio que fundó en el siglo XVI el duque de Calabria cumpliendo un deseo de su mujer, la virreina Germana de Foix, y que es considerado un precedente del Escorial. Durante la visita de apertura se pudo comprobar que las obras no están del todo acabadasFaltan colocar algunas piezas en los pasillos acristalados que van a dar al claustro Norte, donde se han preservado a la vista los vestigios del primitivo monasterio. También se han de pintar aún algunas zonas, además de otros detalles, pero en líneas generales la rehabilitación del monasterio está concluída y presenta un espléndido aspecto. No así, la intervención que se debe realizar en los alrededores. Se han de expropiar viviendas, alquerías e incluso una instalación de lavado de automóviles para, entre otras cosas, construir una aparcamiento. De hecho, la comunicación con el centro de la ciudad es una de las cuestiones que más polémica ha suscitado a propósito de la idoneidad de Sant Miquel del Reis como sede de la Biblioteca Valenciana. La necesaria integración del edificio y sus nueva funciones en el barrio deprimido de Orriols es otra de las cuestiones abordadas. De todas formas, la conversión del antiguo monasterio en biblioteca viene a recuperar el uso que le dio el Duque de Calabria, quien depositó su valiosa biblioteca y la que heredó de Alfons el Magnànim en el recinto. A esta circunstancia se refirió el presidente del la Generalitat en su breve discurso. Zaplana, además, afirmó que el edificio, el mayor proyecto cultural del gobierno del PP, que inició el ex consejero de Cultura, Fernando Villalonga, "no tardará en convertirse en uno de los más firmes referentes con los que cuenta la vida cultural valenciana para el próximo siglo". El titular del Consell recordó que entre los muros del monasterio, muchos valencianos estuvieron presos en unos tiempos oscuros [la Guerra Civil], por tanto "era necesario romper con esa imagen triste y devolver al edificio su imagen tradicional de lugar de cultura". En este punto, el concejal de EU, Francisco Díez, lamentó que Zaplana no hiciera ninguna mención a los represaliados de la Guerra Civil, que esperaban que llegara "la saca", la hora en que eran llamados para ser fusilados en Paterna. El presidente de la Generalitat comentó que la Biblioteca significa "todo un universo a nuestro alcance" y citó a escritores como Borges, Ibsen, Max Aub y Roís de Corella, el único de los enumerados que escribió en valenciano. 4.800 millones El presupuesto global del proyecto de la Biblioteca Valenciana asciende a 4.800 millones de pesetas, según señaló ayer la directora general de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, Consuelo Ciscar. El jefe del servicio de Arquitectura de la Consejería de Cultura, Julián Esteban Chapapría, ha sido el responsable del proyecto arquitectónico. Además de la belleza formal del edificio, de los paisajes de la huerta que se cuelan por las numerosas ventanas y del claustro Sur, sorprende la solución de colocar larguísimas escaleras que separan en el interior los muros de las estancias. Se ha recuperado el esplendor de las habitaciones y también la espaciosa iglesia, construida en el siglo XVII, que se mantendrá para el culto. En el claustro se han conservado los cuatro parterres en un jardín que recuerda vagamante a los jardines zen japoneses por su contenido minimalista y austero. Se introducirán sistemas de acreditación por tarjeta electrónica para acceder al recinto, entre otros modernos dispositivos como el sistema automático de traslado de libros a través de robots teledirigidos. El recinto se ha concebido como un espacio abierto a distintas actividades. Así, después de ser cárcel, trastero municipal y escuela, la función principal de Sant Miquel dels Reis será albergar la biblioteca nacional valenciana.

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