Los empresarios vascos reclaman a Aznar que consolide la paz con diálogo
El empresariado vasco reclamó ayer a José María Aznar que consolide el proceso de paz por la vía del diálogo. El presidente del BBV, Emilio Ybarra; el de Iberdrola, Íñigo Oriol, y el de Confebask, Baltasar Errazti, pidieron al jefe del Gobierno que no desaproveche la "oportunidad para la paz", en un acto de la Asociación para el Progreso de la Dirección en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Aznar se comprometió a un "diálogo auténtico" si termina la violencia y reafirmó que sólo con el Estatuto de Gernika puede resolverse el conflicto.
El salón de actos del recién estrenado Palacio Euskalduna, lleno a rebosar, contó con la élite del empresariado vasco, que aprovechó el acto, cerrado por Aznar, para expresar sus opiniones sobre el proceso de paz en las que se mezclaron esperanzas y temores. Hubo permanentes apelaciones al diálogo como solución, pero sin mayores precisiones. "Hablando se entiende la gente. Esto ha sido siempre así... Hablar es una necesidad y también un reto", dijo el presidente del BBV, Emilio Ybarra. También indicó a Aznar que "los empresarios necesitan saber hacia dónde orientan los políticos la nave" ya que "necesitan estabilidad, pues sin ella no es posible generar empleo y riqueza". El presidente de Iberdrola, Íñigo Oriol, insistió en que "es el momento crucial del diálogo, la concertación y la integración. Es el momento de alcanzar la paz y la convivencia que permitan aprovechar una oportunidad histórica de progreso". No obstante, Oriol tampoco ocultó sus temores a Aznar al señalar: "La esperanza de alcanzar la paz completa y definitiva (...) alterna en nuestro ánimo con el temor de que, una vez más, se aleje en el tiempo o simplemente no se logre el clima de convivencia y tolerancia al que todos aspiramos".
El presidente de la patronal vasca Confebask, Baltasar Errazti, fue más incisivo al apuntar al presidente del Ejecutivo la necesidad de "avanzar más en el proceso de paz, que esta sociedad colabore y dialogue, se tiendan puentes y que se respeten las opiniones del otro".
Este grupo de representantes de las patronales vascas expresó un mar de fondo, de malestar entre sectores del empresariado por la "incapacidad de los políticos para iniciar un diálogo que asegure el proceso de paz", según expresaron informalmente numerosos empresarios en el almuerzo que siguió al acto.
Aznar, que comió con los empresarios antes de marchar a la reunión de la cumbre de la OTAN en Washington, mantuvo, en respuesta a las reclamaciones escuchadas, sus conocidas condiciones sobre el diálogo para terminar con la violencia. Esto es, que el Gobierno será generoso cuando ETA ponga fin definitivamente la violencia. "No hay espacio para la violencia. No tiene ningún papel que desempeñar. No forma parte de ningún proyecto legítimo ni puede imponer condiciones a la sociedad. Sencillamente, sobra. Sobra, si queremos un diálogo auténtico, si se quiere, de verdad, que abordemos su final desde la generosidad y el consenso", dijo en su discurso de clausura.
El presidente no quiso arriesgarse a vaticinar que el proceso de paz es irreversible porque mantiene sus dudas sobre la actitud de ETA, pero expresó su confianza en el futuro "porque la firmeza en la respuesta social al desafío de la violencia, esa sí que es, en todo caso, irreversible".
Pero donde Aznar puso el acento fue en su compromiso con el Estatuto de Gernika y advirtió, en clara respuesta a las propuestas del Pacto de Lizarra, de que no hay solución al conflicto de Euskadi al margen de él. "Me preocuparía que se quiera torcer la trayectoria que el acuerdo estatutario ha imprimido al País Vasco, no porque no se pueda avanzar en la proyección de futuro de su autogobierno sino porque se quiera cambiar de vía para encaminarlo hacia una aventura irreal, excluyente y estéril", dijo. Y remachó: "Lejos de estar agotado el Estatuto, más que nunca, es el depositario de la madurez democrática de los vascos, de su afán de convivencia y del equilibrio entre sus territorios".
Por otro lado, Aznar dio un repaso a la economía española y dijo que en 1999 se mantendrá en la senda del crecimiento y la creación de empleo. El presidente dijo que la inflación sigue siendo un objetivo primordial y que había dado orden al Ministerio de Economía de aplicar las medidas que fueran necesarias para controlarla. Aznar señaló también que los objetivos económicos del Gobierno pasan por el empleo, especialmente el femenino, la competitividad ligada a la innovación y la formación.
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