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Dimite un alto cargo de Hacienda que compartía inversiones con Huguet y Aguiar

La crisis desencadenada al conocerse que dos ex altos cargos de Hacienda poseían cuentas en Suiza en las que habían cobrado de KIO-Torras se extendió ayer tras presentar su dimisión el jefe de la Oficina Nacional de Inspección de Hacienda (ONI) en Barcelona, Josep Ramon Morató, que ocupaba el puesto desde hace dos años. La marcha de Morató está relacionada con su pertenencia a un club de inversores en Bolsa en el que participaban el ex jefe de la Inspección en Cataluña Josep Maria Huguet y el ex director general Ernesto Aguiar.

Josep Ramon Morató abrió ayer una nueva brecha en esta crisis al presentar la dimisión, que fue aceptada. En el grupo de inversores que operó entre mediados de los ochenta y mediados de los noventa participaron también -además de él, Aguiar y Huguet- abogados ajenos a la Inspección e interventores de suspensiones de pagos. Según varias fuentes consultadas, este grupo utilizaba información privilegiada para hacer grandes beneficios en una etapa en la que la Bolsa registró fuertes subidas. Dentro del club existía un núcleo más reducido que participaba en inversiones especiales, a las que no tenía acceso el resto. Desde el primer momento, el citado club de inversión dispuso de gran cantidad de recursos para invertir, mediante la utilización de créditos y estaba centralizada en unas pocas personas relacionadas con Hacienda.

La dimisión de Morató se fraguó hace ya varios días, justo cuando Hacienda anunció su intención de investigar lo ocurrido durante la etapa en que Aguiar y Huguet ocuparon sus altas responsabilidades. En ese momento, en la Delegación de Hacienda en Barcelona era un clamor que el jefe regional de la ONI había participado en ese grupo de inversores y, según fuentes de su entorno, se le pidieron explicaciones desde la dirección de la Agencia Tributaria en Madrid.

Adjunto a Huguet

Morató, que ocupaba un cargo muy inferior al de Huguet o Aguiar, accedió a su puesto de jefe de la ONI en Barcelona hace poco más de dos años -es decir, ya bajo el Gobierno del Partido Popular-, si bien formó parte de los equipos de Huguet, de quien fue adjunto en la Inspección en Cataluña. La ONI depende directamente de la Agencia Tributaria en Madrid y tiene encomendada la labor de inspección a las empresas que facturan más de 10.000 millones de pesetas. Según fuentes de Hacienda en Barcelona, muchos de los miembros del club de inversores, favorecidos con cuantiosos beneficios, no los declararon en su correspondiente declaración de Hacienda, algo que tanto Aguiar como Huguet ya han reconocido haber hecho, y que llegó a generar disputas entre algunos de los participantes en la asociación.

Uno de los aspectos más llamativos de la reciente declaración de Aguiar y Huguet asumiendo haber cometido fraude a la Hacienda pública al no declarar 470 millones de pesetas es el elevado volumen de beneficios realizado. Según las fuentes conocedoras del funcionamiento del club, tan abultados beneficios se explican porque, gracias a la participación de altos cargos y de abogados de algunas empresas, los gestores de las inversiones en Bolsa recibían información sobre operaciones en Bolsa que previsiblemente tenían alta rentabilidad.

El club comenzó a funcionar hacia el año 1987, justo cuando la ciudad de Barcelona y su Bolsa en particular fueron seducidas por el espectacular ascenso del financiero Javier de la Rosa, a través de la escalada de precios de las acciones del Grupo Torras. En muy poco tiempo, las acciones de la empresa, llamada entonces Torras Hostench, pasaron de valer apenas 100 pesetas a más de 36.000.

Como ahora ha quedado de manifiesto, tanto Aguiar como Huguet mantenían relaciones con el entorno de De la Rosa. El ejemplo más reciente es el del abogado Juan José Folchi, que trabajó para De la Rosa y a quien atribuyen las inversiones hechas a través de cuentas a su nombre abiertas en Suiza. De la Rosa solía hacer partícipe de sus futuras operaciones a las personas con las que quería establecer buenas relaciones.

Aguiar y Huguet dieron a conocer el lunes un comunicado en el que decían que "conjuntamente con otras personas formaban un grupo que invertía en los mercados de valores, que generó importantes plusvalías en el periodo 1985-1990". Y añadieron: "Por circunstancias no justificables, fruto de un error de apreciación, condicionados por el cargo que ocupábamos, no fueron declaradas en su momento".

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