El concejal que negoció la operación de suelo en Vitoria posee un terreno que valdría 224 millones

Álvaro Iturritxa, concejal de Urbanismo de Vitoria, del PNV, posee 15.541 metros cuadrados en Arkaia, un lugar afectado por el convenio entre el Ayuntamiento y los propietarios de los terrenos por donde se ampliará la ciudad. Según se deriva de un estudio de técnicos municipales, el concejal podría obtener un beneficio de 224 millones si la operación se aprueba. Pero la firma del pacto se puede complicar porque debe ratificarse en el pleno del viernes con un mínimo de 14 votos a favor. Iturritxa deberá ausentarse, con lo que dejará al Gobierno con 13 concejales.

La gran operación urbanística de la era Cuerda atraviesa unos momentos críticos. Tras conocerse la semana pasada que el convenio entre el Ayuntamiento y los particulares quedará en suspenso hasta la próxima legislatura, se suman otras circunstancias que añaden complicaciones derivadas del doble papel que desempeña en esta operación Álvaro Iturritxa. Por un lado, su condición de concejal de Urbanismo le ha llevado a negociar el acuerdo con los propietarios particulares de 4,5 millones de metros cuadrados en las zonas de Salburua y Zabalgana, por donde crecerá la ciudad en el futuro. Por otro, se da la coincidencia de que él es uno de esos dueños. El concejal no divulgó este hecho, aunque el equipo de gobierno arguye que tempoco lo ha ocultado, puesto que facilitó a la oposición la lista de propietarios afectados por las negociaciones cuando los grupos políticos la solicitaron. En ella, se puede observar que Iturritxa posee 15.541 metros cuadrados en el pueblo de Arkaia, situado en la salida hacia el este de Vitoria. Parientes suyos son dueños de otra parcela. La explicación es sencilla. El concejal ha vivido siempre en esa localidad y procede de una familia de agricultores que cultiva esas tierras. Él accedió al Ayuntamiento hace poco más de un año, al sustituir en el cargo al también nacionalista Txomin Escudero. El alcalde, José Ángel Cuerda, conocía desde un principio que Iturritxa es propietario de terrenos en esa zona, pero decidió que el concejal negociara el convenio al tratarse de un tema "de tanta importancia y por pertenecer a su departamento", explicó ayer un portavoz del grupo nacionalista. "Las negociaciones se han llevado con absoluta transparencia, y él siempre ha ido acompañado de técnicos municipales y otros miembros del equipo de gobierno. El convenio no responde a la voluntad de Iturritxa, sino a las directrices del partido. El resultado habría sido el mismo tanto si estaba él como si no. Tenemos la conciencia absolutamente tranquila", añadió. Según un estudio económico elaborado por los técnicos municipales, los propietarios de los terrenos obtendrían gracias al convenio un beneficio de 14.466 pesetas por cada metro cuadrado. Así, la parcela a nombre del concejal nacionalista produciría una renta de 224 millones de pesetas. El Ayuntamiento, según el acuerdo, no pagaría a los dueños ningún dinero por adquirir el suelo, sino que les compensaría cediéndoles los derechos urbanísticos para edificar viviendas. Aparte de las valoraciones políticas que pudieran suscitarse, esta circunstancia genera un obstáculo para que el Ayuntamiento apruebe el convenio. La ley impide que un concejal participe en una votación en la que, como en este caso, es parte directamente afectada. De lo contrario, supondría motivo de recusación. Problema en la votación El viernes se celebrará la sesión plenaria en la que se dejará aprobado o rechazado el convenio de Salburua y Zabalgana, aunque su definitiva entrada en vigor depende de la próxima corporación. Según está estipulado también en la normativa municipal, este asunto sólo podrá aprobarse si obtiene el apoyo de la mayoría cualificada, es decir, al menos 14 votos entre los 27 concejales. En el trámite previo de la Comisión de Urbanismo, el acuerdo sólo obtuvo el apoyo del equipo de gobierno (PNV y Unidad Alavesa), que suman 14 concejales. De este modo, la ausencia obligada de Álvaro Iturritxa en las votaciones pone en peligro la aprobación del plan. Ante estas dificultades, el PNV está buscando soluciones para obtener el respaldo necesario. Entre las posibles alternativas podría intentar el apoyo de HB, que se abstuvo en la comisión. Sus dos concejales podrían permitir sacar adelante el proyecto. Además, el grupo liderado por Cuerda está explorando otras vías de solución al problema.