Mira Sorvino se define como una mujer caótica que desea ser dulce como su abuela

Mira Sorvino pregunta nada más sentarse por el horario del Museo Thyssen. Un gesto para que nadie se despiste con las medidas de top-model de esta actriz graduada con sobresaliente cum laude por la Universidad de Harvard en Lengua y Cultura China, que vivió dos años en Pekín preparando su tesis, que realizó un documental sobre grupos neonazis en Rusia y que, en un futuro, pretende escribir y dirigir cine. La actriz, de 30 años, que ayer presentó en Madrid la película A primera vista, asegura que, a pesar de su currículo de superdotada, es una mujer "fatalmente caótica" que aspira a ser tan dulce como su abuela.

Mira Sorvino aseguró ayer que si su última visita a España fue un desastre no fue por su culpa. Según la actriz, que acudió al Festival de Valladolid, junto al escritor y director Paul Auster, para presentar su película Lulu on the bridge, ella jamás exigió que sólo fotografiaran su lado izquierdo y que las cámaras de televisión estuvieran colocadas más alto de lo habitual para evitar malos planos. "Yo no soy una diva, creo que bastan unos minutos a mi lado para saberlo. Fue un malentendido con mi representante, jamás he puesto condiciones de ese tipo. Cuando leí los comentarios que sobre mí escribieron en los periódicos españoles acabé llorando. No me gusta leer cosas desagradables". La actriz presentó ayer en Madrid A primera vista, la película que, dirigida por Irwin Winkler, interpreta junto a Val Kilmer. El filme, que se estrena el viernes en España, está basado en la historia real de un ciego que fue sometido a una operación para recuperar la vista. "El guión me emocionó", explica la actriz, que añade que también su lectura le hizo llorar. "Y no me gusta llorar", asegura. "Me gustó la historia porque por una vez no tenía que teñirme de rubia, ni impostar la voz o reírme de una forma diferente a la mía. Por una vez he podido parecerme algo a mí misma, aunque no niego que también es divertido jugar a ser rubia".

Actriz de raza

"Mira es una actriz de raza, como su padre, un hombre que ejerce una fuerte influencia sobre ella", asegura Irvin Winkler, productor y director de A primera vista, que también presentó el filme ayer en Madrid. "Creo que será actriz toda su vida, lo lleva demasiado dentro", añadió el director. "Bueno, está claro que lo llevo en la sangre, me siento actriz por naturaleza", continúa la hija de Paul Sorvino, quien empujó a su hija a estudiar en Harvard, a pesar de su temprana vocación de actriz, para tener una formación más sólida que el resto de sus competidoras en Hollywood. "No sé si mi padre ejerce tanta influencia sobre mí. En cualquier caso, es menos de la que él querría; eso, seguro".

Picoteando una galleta de chocolate, Sorvino, que recibió el Oscar a la mejor actriz secundaria por su trabajo en la película de Woody Allen Poderosa Afrodita, afirma que le gustaría saber si es una mujer valiente ("hasta que no te llega el momento no sabes si lo eres o no"), poder demostrar que tiene el "buen" corazón que ella sabe que tiene y lograr transmitir, como su abuela, seguridad y calor. "Me gustaría que la gente se sintiera tan feliz como yo me siento cuando estoy junto a ella. Es algo que ella nos transmite a todos en nuestra familia y que tiene que ver con su capacidad para que se reconozcan sus sentimientos sin que le importe".