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La oposición argelina se manifestará durante el traspaso de poderes

Nueva brecha entre el poder y la sociedad civil tras el triunfo del candidato único

Juan Carlos Sanz

La alianza de oposición formada por los seis candidatos que se retiraron de los comicios presidenciales argelinos ha confirmado que mantendrá su rechazo a la elección del oficialista Abdelaziz Buteflika y anuncia una movilización popular durante su toma de posesión, prevista para el próximo día 26. Son sólo los primeros signos de la inestabilidad que se ha generado tras unos comicios celebrados con un único candidato en Argelia.

A pesar de que el gran despliegue policial impidió el viernes la marcha de protesta contra el fraude en el centro de Argel, decenas de miles de personas se manifestaron por las calles de Tizi Uzu y Bujía, las capitales bereberes donde el boicoteo a las urnas en las elecciones del jueves fue prácticamente total, según los propios datos del Gobierno. La dirigente izquierdista Luisa Hanún, una de las voces más lúcidas de la política argelina, alertaba ayer del abismo que se ha abierto en el país magrebí entre el poder y la sociedad civil tras las elecciones del pasado jueves. "Hay una bipolaridad muy peligrosa entre lo que dicen la televisión y los medios de comunicación estatales, que celebran la victoria de Buteflika, y lo que escribe la prensa independiente, que denuncia el fraude en las urnas". Hanún, líder del Partido de los Trabajadores, describía así la gran barrera que separa al régimen que va a presidir Buteflika de la nueva alianza de oposición surgida de la negativa de los seis candidatos alternativos a presentarse a los comicios del pasado jueves. No hay acercamiento posible: hablan lenguajes distintos. "Nos tememos lo peor", advertía ayer la diputada en una conferencia de prensa.

Paro de una hora

El grupo de los seis candidatos -encabezados por el proislamista Ahmed Taleb Ibrahimi, el reformista Mulud Hamruch y el socialista Hocín Ait Ahmed- ha convocado a la población a secundar un paro de una hora el próximo día 26, coincidiendo con el traspaso de poderes en la jefatura del Estado argelino entre el ex general Liamín Zerual y el ex ministro de Exteriores Buteflika. Los seis opositores invitan también a los ciudadanos a cerrar las ventanas y correr las cortinas de sus casas durante la protesta. Tras las elecciones locales de 1997 ya se desencadenó una ola de movilizaciones contra la manipulación de los comicios, y se constituyó una comisión de investigación parlamentaria.

Sus conclusiones, sin embargo, aún no se han hecho públicas. Pero ahora el tono de las críticas de las declaraciones de los candidatos de la oposición y de los editoriales de la prensa argelina privada es mucho más estridente. "Las cifras oficiales apestan a fraude y manipulación", afirmaba ayer el diario El Watan. "La participación electoral no ha superado el 20%", denunciaba Hamruch, frente al 60,25% difundido por el Ministerio del Interior.

En la región bereber de la Cabilia, al oeste de Argel, el masivo boicoteo a las urnas, con una abstención superior al 90%, se plasmó el viernes en multitudinarias manifestaciones contra el fraude electoral. Más de 20.000 personas desfilaron por Tizi Uzu coreando consignas contra Buteflika y el régimen. Un número similar de manifestantes recorrió la ciudad de Bujía. La policía, que intentó hacer cumplir la prohibición de las marchas, se abstuvo finalmente de intervenir en la Cabilia.

Después del habitual apagón informativo sobre la violencia impuesto en Argelia al final de los procesos electorales, la prensa comenzó ayer a dar cuenta de las últimas acciones terroristas.

La explosión de una bomba en una carretera situada en las cercanías de la localidad de Baghlia, al este de Argel, se saldó el pasado jueves, en plena jornada electoral, con cuatro muertos y ocho heridos entre los ocupantes de un vehículo.

El viernes, un grupo armado degolló a una pareja de ancianos en la localidad de Ain Torki, en la provincia de Ain Defla, al sur de la capital argelina, en un ataque contra la población que fue repelido por varios grupos de civiles armados por el Gobierno argelino.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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