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Gil sugiere en Estepona que convertirá en paraísos fiscales a Ceuta y Melilla

Jesús Gil y Gil fue aclamado ayer en Estepona (Málaga) como presidente del Grupo Independiente Liberal (GIL) por 3.500 militantes y simpatizantes. En un acto público de casi cinco horas, que constituyó el primer congreso de esta formación, el alcalde de Marbella encabezó la única lista presentada a la dirección. El partido de Gil defiende "una gestión sin etiquetas de izquierda o derecha, con el triunfo de las ideas sobre las ideologías". En las elecciones municipales, el GIL se presentará en 13 localidades del sur de España, entre ellas Ceuta y Melilla, en donde pretende cambiar el estatuto de estas ciudades, sin temor a que se hable de "paraísos fiscales". El partido de Gil, si ganara las elecciones en las dos ciudades españolas del norte de África, pediría que se reformen sus estatutos de autonomía para que ganen competencias. Uno de los principales capítulos en este campo sería una nueva legislación fiscal. Gil Marín defendió que "Ceuta y Melilla están destinadas a tener protagonismo financiero y fiscal, en lugar de pedirle dinero al Estado". El secretario general del GIL defiende el término paraíso fiscal, porque "cuando empiezan se dice que entra dinero negro, pero una vez que se implantan se basan en dinero limpio y en la riqueza que genera para una zona" La lista para la dirección del GIL, refrendada por el 99% de los afiliados, consagra un núcleo duro del partido formado por dirigentes de Marbella y Estepona. El jefe de la organización está secundado por su hijo Jesús Gil Marín, alcalde de Estepona, como secretario general, que ha ganado protagonismo en el partido desde que su padre ingresó, por poco tiempo, en prisión el 7 de enero. Precisamente, Jesús Gil dedicó la mayor parte de su intervención a dar su particular visión sobre el proceso que se sigue contra él por el presunto desvío de dinero municipal al Atlético de Madrid. Repitió que se trata "de un asesinato político ordenado por el Gobierno". Y sobre Ceuta y Melilla dijo que "si hay un pacto de Estado para entregar estas ciudades, dejándolas caer, con el GIL se va a acabar". Sobre su candidatura en La Línea de la Concepción, Gil aclaró que se había entrevistado varias veces con el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana. Gil es partidario de una estrecha colaboración a ambos lados de la verja, está en contra de las retenciones en la frontera y a favor de la doble utilización del aeropuerto. Sobre este asunto concluyó : "Vamos a dar la solución de Gibraltar, guste o no". Tanto el padre como el hijo hicieron varias manifestaciones a favor de la Constitución, la soberanía nacional y la Corona. Gil, sin embargo, envió a lo largo de la jornada varios mensajes a José María Aznar. El primero de una manera clara: "Si tenemos mayoría en Ceuta y Melilla, a ver qué dice el señor Aznar, en vez de dar órdenes para que me linchen". El segundo, en clave, durante su mitin: "Todavía no he tocado al número uno, pero me voy a presentar en donde me da la gana". El número tres del partido, José Ignacio Crespo, teniente de alcalde de Estepona, hizo una definición del GIL y criticó "la burocracia y los corsés administrativos", para añadir que "sólo caminando al borde de la ley, sin traspasarla", se pueden trasformar las ciudades. El GIL tiene en este momento tres alcaldías en la provincia de Málaga: las de Marbella, Estepona y Casares, a la que mañana debe sumar la de Manilva, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía reconociera como válida la votación de una moción de censura celebrada hace un año. Pero esta peculiar organización aspira ahora a gobernar en otras nueve localidades. En Ceuta y Melilla; Fuengirola, Benalmádena, Benahavís, Ronda y Mijas, en Málaga, y La Línea y San Roque, en Cádiz.

Un hombre en contra

Los seguidores de Gil y el GIL eran ayer de lo más variopinto. Gente como José Antonio Melón, un panadero leonés jubilado, residente desde hace ocho meses en Ceuta, que aunque es del Real Madrid dice de Gil: "Habla mi mismo idioma". También dos pensionistas alemanes vecinos de Manilva, Jutta y Gerhard Bauer, que en su país votan a Schröeder y aquí a Gil. Famosos casi no aparecieron. Sólo Luis Ortiz, sin Gunilla, y el principal encausado en el proceso de Intelhorce, Giovanni Oreficci. Y en contra sólo una persona: un espontáneo subió al estrado mientras hablaba un candidato, rompió una banderita de papel con las siglas del GIL y dijo: "Esto es una mierda".

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