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Siria e Israel chocan al final de la III Conferencia Euromediterránea

El conflicto árabe-israelí volvió a empañar ayer el espíritu de cooperación entre las dos orillas del Mediterráneo, nacido hace cuatro años en Barcelona, y obligó a cancelar la conferencia de prensa final de la III Conferencia Euromediterránea de Stuttgart. La pretensión del ministro israelí de Asuntos Exteriores, Ariel Sharon, de participar en la misma aunque no le correspondía, decidió a la presidencia a suspender su celebración, en la que tenían previsto hablar el ministro alemán Joschka Fischer, el comisario europeo Manuel Marín y el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faruk Al Shaara. Las conclusiones de la presidencia, único documento consensuado, recogen una declaración aséptica sobre la necesidad de buscar una salida justa al conflicto de Oriente Próximo. El fracaso hace dos años de la II Conferencia Euromediterránea, que se celebró en Malta, por intentar impulsar el proceso de paz de Oriente Próximo, había decidido a la presidencia alemana a mantener alejado el asunto. Con un renovado espíritu de reconciliación y diálogo, la conferencia de Stuttgart registró, además, la novedad de la presencia de un alto funcionario de Libia, invitado especial de la presidencia, como primer paso para la incorporación de la república árabe a este foro, en el que están los quince países de la UE y todos los mediterráneos, con la excepción de Albania y los de la antigua federación yugoslava.

Carta para la paz

El fruto principal de la III Conferencia, en opinión del ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, ha sido la adopción como "documento de trabajo" de una carta para la paz y la estabilidad en la región que deberá ser debatida y aprobada en sucesivas conferencias ministeriales. El choque final entre Siria e Israel arroja dudas sobre la posibilidad de conseguir un consenso sobre la carta. Las intervenciones del ministros israelí de Asuntos Exteriores, Ariel Sharon, y de sus homólogos de Siria, Palestina, Jordania y Egipto en la jornada inaugural del jueves ya habían originado momentos de tensión. Por el contrario, todos los países saludaron la presencia de Libia una vez levantadas las sanciones de la ONU tras la entrega por las autoridades de Trípoli de los dos sospechoso de participar en el atentado contra un avión de la compañía Pan Am sobre Lockerbie en 1988.

El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la política mediterránea, Manuel Marín, ya había puesto el dedo en la llaga en su discurso al decir que "todo lo que se haga en favor del proceso de paz es beneficioso a corto, medio y largo plazo".

La Conferencia Euromediterránea celebrará a finales de este año en Turín una reunión especial para abordar el problema del agua, que amenaza con desequilibrar la ya precaria convivencia entre palestinos, jordanos e israelíes. La Conferencia también reiteró el compromiso financiero de la UE con los países del sur a través de programas de cooperación y desarrollo para los próximos siete años.

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