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Mueren electrocutados dos obreros al pasar una grúa junto a un tendido

Dos trabajadores fallecieron ayer electrocutados durante la construcción de un chalé en San Lorenzo de El Escorial (10.995 habitantes). Los operarios descargaban una cubeta de hormigón con la ayuda de una grúa, cuando el brazo de ésta, demasiado próximo a un tendido eléctrico de media tensión (20.000 voltios), recibió una potente descarga. Los dos obreros, fulminados, murieron en el acto. El conductor de la grúa salió ileso. En lo que va de año han fallecido 15 personas en la construcción.

Juan Manuel Rubio, de 33 años, y Antonio J. G., de 30, manejaban a las 11.15 de ayer una cubeta de hormigón. Echaban el cemento en el hueco de una escalera en la obra de un chalé de la calle de las Cebadillas. La cubeta de hormigón colgaba del cable metálico que salía del extremo de la pluma de la grúa. Para acceder hasta la escalera, el conductor de la grúa metió la pluma por el hueco que quedaba entre los cables del tendido eléctrico y de la línea telefónica. Pero la distancia entre grúa y cables no fue la suficiente. La pluma atrajo los 20.000 voltios de corriente e hizo de conductor. La descarga pasó del brazo de la grúa al de los dos operarios. El látigo de la corriente fue tan intenso que les paró el corazón al instante, según informaron los bomberos de la Comunidad.

"Parecía un rayo"

José Antonio de Don Pablo, de 26 años, operario de la obra y compañero de los fallecidos, explicó ayer cómo se produjo el accidente: "Estaba llenando un cubo de agua a unos metros de la grúa. De repente sonó un estruendo y vi un fogonazo, como si hubiera caído un rayo", explicó. De Don Pablo y su padre, Saturnino, de 56 años, también peón en la obra, corrieron en auxilio de los electrocutados. "Las ropas de Juan estaban en llamas. Mi hijo y yo nos echamos encima suyo para apagar el fuego. Tenía quemaduras por todo el cuerpo y no tenía pulso", explicó Saturnino. Una ambulancia del Insalud (061) y otra de la Cruz Roja acudieron al suceso. Los sanitarios trataron de reanimar a los accidentados durante media hora, pero no tuvieron éxito.

Juan Rubio no trabajaba en esa obra. Ayer acudió para ayudar en las tareas de hormigonado. Su padre, Francisco, es un conocido constructor de la localidad. Su empresa construye precisamente el chalé del trágico suceso. "Juan era la mano derecha de su padre. Le acompañaba a todas las obras", recordó Antonio Nogal, empleado de la constructora. Rubio deja dos hijos y una esposa que espera un tercero para dentro de dos meses. Antonio también estaba casado y tiene otros dos hijos, según informó un conocido de ellos.

La obra contaba con la pertinente licencia municipal, aseguró el alcalde de San Lorenzo, José Luis Fernández-Quejo, del PP. "La seguridad en la construcción es responsabilidad de la dirección de obra. El Ayuntamiento no puede vigilar las 300 obras que hay en marcha en la localidad", afirmó.

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El responsable de Salud Laboral de CC OO, Braulio Ballesteros, denunció que en el doble accidente mortal de ayer "se produjeron una serie de negligencias". "Es inconcebible que se meta la pluma de la grúa por entre medias de un tendido eléctrico y los cables del teléfono", criticó Ballesteros. "La falta de medidas de seguridad es responsabilidad de la dirección de obra, la empresa constructora y la empresa de la grúa", añade el sindicalista.

Con las dos muertes de ayer, son ya 15 los trabajadores fallecidos en accidentes laborales en el sector de la construcción en lo que va de año, según datos facilitados por CC OO. El año pasado fueron 12 las muertes en el mismo periodo, según el sindicato.

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