La fiscalía pide tres años de prisión para el director de Bidones Egara por contaminación atmosférica

El fiscal de la Audiencia de Barcelona pidió ayer tres años de prisión y otros tres de inhabilitación para ejercer cualquier actividad industrial, para el responsable de una empresa de reciclaje y tratamiento de bidones acusado de contaminar la atmósfera con emanaciones incontroladas de monóxido de carbono. La Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona juzgó ayer al acusado en este caso, Jorge L. M., que fue administrador y director de la industria Bidones Egara, situada en Viladecavalls (Vallès Occidental), para quien el fiscal también ha pedido la imposición de una multa de 13,5 millones de pesetas. Los hechos se remontan a julio de 1996, cuando dos empleados de la fábrica, que tenía 27 trabajadores, denunciaron que habían sufrido una intoxicación cutánea, lo que motivó que el Ayuntamiento de la población pusiera los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Medio Ambiente de Cataluña. El fiscal afirma que el problema radicaba en las zonas de limpieza y secado de bidones de la industria, en las que "se producían elevadísimas emisiones y concentraciones de monóxido de carbono, un gas altamente contaminante y extremadamente tóxico", sin que el acusado adoptase las medidas de seguridad para evitar riesgos, tanto a los trabajadores como a los vecinos del cercano barrio de Can Trias. Según la acusación, la policía judicial y técnicos de la Generalitat realizaron una inspección en la empresa y detectaron emisiones de monóxido de carbono a la atmósfera que cuadruplicaban los índices máximos permitidos por la ley. El fiscal dice que, tras dos años de contaminación atmosférica, el procesado no procedió a suprimir los focos contaminantes de su empresa hasta junio de 1997. El acusado ha eludido cualquier responsabilidad afirmando que él era un mero encargado, ya que la dirección efectiva y real de la industria, de carácter familiar, recaía en los accionistas. El alcalde de Viladecavalls ha dicho que los vecinos de la barriada de Can Trias se quejaron de los malos olores y picores que sufrían, supuestamente a causa de las emanaciones procedentes de Bidones Egara. Uno de los dos trabajadores que sufrieron infecciones cutáneas ha declarado en la vista que desconocían la naturaleza y la posible peligrosidad de las materias con las que trabajaban.