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Puigneró culpa a la Generalitat de los problemas medioambientales de sus empresas textiles

Miquel Noguer

El segundo juicio de las cuatro causas por delitos contra el medio ambiente que afronta el empresario textil Josep Puigneró quedó visto para sentencia ayer en Vic. Sobre el empresario pesa una petición de cuatro años de prisión por los vertidos presuntamente tóxicos de su fábrica de Sant Bartomeu del Grau al torrente de la Tuta, afluente indirecto del río Ter. Se supone que estos vertidos se produjeron entre 1994 y 1995 en el mismo curso fluvial que ya contaminó en 1993, hecho por el que le condenaron a cuatro años de prisión. Ante el tribunal, Puigneró acabó culpando a la Generalitat de los problemas medioambientales supuestamente ocasionados por sus empresas.

El empresario aseguró al juez que todas las actuaciones de su empresa en el área de depuración de residuos se han hecho siempre "siguiendo las recomendaciones de la Generalitat" y reiteró que el origen de todos sus problemas medioambientales fue el retraso de la Administración catalana en definir qué tipo de depuradora era adecuado. "Las obras se retrasaron porque la Generalitat estaba pensando qué tipo de depuradora teníamos que instalar", aseguró Puigneró. Durante el juicio, la defensa de Puigneró utilizó la primera condena del industrial para pedir la absolución de su cliente, "ya que le acusan de un delito por el que ya ha sido condenado una vez", aseguró el abogado del empresario, Pau Molins, quien acusó al fiscal de Medio Ambiente Antonio Pelegrí de querer "fraccionar un mismo delito y decidir cuántas infracciones" ha cometido su cliente. Por este motivo pidió la suspensión del juicio, a lo que el juez no accedió por creer que entre los dos delitos hubo un "lapso de tiempo suficientemente importante". Límites permitidos Durante su declaración ante el Juzgado Penal de Manresa, desplazado a Vic, Josep Puigneró aseguró que las aguas residuales de la fábrica que tiene en Sant Bartomeu del Grau no sobrepasaron los límites de toxicidad permitidos. "La prueba es que no mataron a nadie ni a ningún animal", declaró el empresario. Josep Puigneró, administrador único de la sociedad Hilados y Tejidos Puigneró, quiso justificar los retrasos en sus planes de descontaminación con los problemas económicos que atraviesa su negocio. "Siempre hemos hecho lo que hemos podido y nadie nos ha ayudado para nada", se quejaba ayer el empresario. En uno de los descansos de la vista oral, que duró casi siete horas, Puigneró repitió una vez más: "La justicia la ha tomado conmigo", y quiso excusarse argumentando: "El 90% de los empresarios catalanes contaminan más que yo". Los problemas judiciales de Josep Puigneró con el medio ambiente se remontan a 1990, cuando la entidad ecologista Grup de Defensa del Ter (GDT) instó a la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para que investigara los vertidos de la empresa de Sant Bartomeu del Grau a los torrentes la Tuta y Sorreigs. En 1995, una vez probado en el juicio que las aguas residuales de Puigneró habían destruido la vida de los dos cursos fluviales, la Audiencia de Barcelona condenó al empresario a cuatro años y dos meses de prisión y a pagar una multa de 7,5 millones de pesetas. En febrero de 1997, Puigneró ingresó en la prisión de Brians. En la actualidad ya ha cumplido esta condena. A lo largo de la vista oral de ayer, tanto el fiscal como la defensa preguntaron en varias ocasiones sobre el plan de descontaminación que la Junta de Saneamiento de la Generalitat elaboró con Puigneró en 1993. El fiscal Antonio Pelegrí acusó al empresario de no haber seguido este plan, que según diferentes peritos habría acabado con la contaminación de la Tuta y Sorreigs en unos dos años. Este plan recomendaba la inmediata puesta en funcionamiento de una planta depuradora biológica para mejorar la calidad del agua que bajaba por el desagüe en que se convirtió el torrente de la Tuta. La depuradora biológica, no obstante, no entró en funcionamiento hasta mediados de 1996 a causa "del mal tiempo y los problemas económicos de la empresa", según el inculpado. Hilados y Tejidos Puigneró ha afrontado una difícil situación económica en la última década y tiene una deuda con la Seguridad Social cercana a los 5.000 millones de pesetas.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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