Se dispara

Los datos de inflación de marzo han puesto en evidencia el descontrol de esta variable fundamental en el procesión de la unión monetaria. Mientras los países de la Unión mantienen un promedio de inflación de 0,8 puntos, en España nos situamos en 2,2 puntos. Un dato disparado, sobre todo si se tiene en cuenta que el tipo de interés es único y está en el 2,5% y nuestra moneda ha de mantener un tipo de cambio fijo con todas las de la zona euro. Los últimos meses han manifestado la debilidad de nuestro control de la inflación. De hecho, el mismo se había construido sobre la base de una caída de los precios del petróleo y una serie de años de bonanza agrícola. Junto, claro está, con una política restrictiva de demanda derivada de las necesidades de control del déficit y una restricción del consumo debida a las malas expectativas de las familias. Frente a esta situación, desde comienzos de año se combinan un aumento de los precios del petróleo, la guerra de Yugoslavia; sequía; expansión del consumo como consecuencia de la reducción del IRPF y aumento del gasto público como consecuencia de la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas. Un combinado difícil de digerir. Sobre todo cuando el último de los factores citados hace que en las comunidades como Andalucía (1,9 puntos), que eran las que estaban soportando el control de la inflación por ser perjudicadas por el sistema de financiación autonómica y local, por fin se produzca la retrasada expansión del gasto.