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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Melilla

La guerra, sin bombardeos aéreos, ha llegado al Kosovo español, esto es, a Melilla, ciudad de resistencias y límites. Precisamente por vivir en ese ámbito, el pasado martes 30, a las 16.30, treinta hombres, al mando de un capitán de la Guardia Civil, cubrieron, con una valla metálica de tres metros de altura, la entrada y accesos a una casa habitada por nueve personas, todas con documento nacional de identidad español.Les dejaron encerrados en el suelo de su propio país, pues la verja pasa a 98 centímetros de la puerta. Su delito: tener su casa, la ya famosa finca Los Abuelos, edificada en territorio neutral, esa franja de 500 metros que el Tratado de 1860, entre la España de Isabel II y el sultán Mohammed IV, nos otorgaba, y que jamás hemos reclamado. Por annualismo nefasto y anticipado, es decir, por soberbia, negligencia, cobardía y flagrante dejación de soberanía. Pues justo en el borde de ese campo neutral, pero apoyado en el lado español, Miguel Ángel Hernández y su familia tratan de vivir desde 1947, cuando el Rif no era libre.

Cincuenta y dos años más tarde, los rifeños no gozan de libertad, pero los melillenses (españoles) se han convertido en kosovares. No les bombardeamos, pero hasta pánico tenemos de ir a saludarles y honrarles: allí nadie va, ni siquiera el Rey, que sabemos está por encima de los miedos de sus Gobiernos.

El caso es que Melilla toda resiste, y la familia Hernández, también. Resisten tanto y a tanta miseria que al hermano de Miguel Ángel, con sus dos piernas ulceradas -y en riesgo de gangrena-, se le deniega la atención de un médico. Argumento: "Ustedes viven en Marruecos". Es mentira: la fachada de la casa -60 metros-, con parte de las habitaciones, se alzan sobre suelo español, y el resto -hasta 29 metros en profundidad-, sobre ese suelo neutral que abandonamos. Luego aún quedan 471 metros hasta pisar territorio histórico marroquí. El error, el annualismo, fue construir una nueva verja, pero en retirada, perdiendo así cuatro metros españoles a lo largo de un perímetro de nueve kilómetros.

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De la misma forma que los Hernández no son miembros de un batallón norteamericano extraviado en suelo serbio y allí hechos prisioneros, no creemos que el delegado del Gobierno, donEnrique Beamud -persona inteligente-, desee asumir las personalidades de Milosevic y el señor Solana. Si el litigio está en los juzgados, que los jueces decidan, pero antes libérese de esos kosovares nuestros y déjeseles la puerta libre. Como españoles que son.- .

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