La Complutense se rodea de otras universidades seculares para celebrar sus 500 años de historia
El manifiesto conmemorativo apunta la movilidad y la sabiduría como retos
La Universidad Complutense de Madrid también sabe de quintos centenarios. Tal día como hoy, hace exactamente 500 años, a instancias del infatigable cardenal Cisneros, un Papa español, Alejandro VI (Rodrigo Borja), otorgaba la Bula Pontificia de ratificación de esta universidad, que hasta ese momento llevaba dos siglos funcionando como un discreto Estudio de Escuelas Generales en Alcalá de Henares, la Complutum de los romanos. Ayer, 6.000 meses menos un día después de aquel documento histórico, el rector de la Complutense, Rafael Puyol, y sus homólogos de otras 14 universidades con profusión de siglos a sus espaldas celebraron la onomástica decididos a estrenar el nuevo siglo con el mismo ímpetu que cualquier jovenzuelo. El espíritu de la reunión quedó inmortalizado en un manifiesto de 12 puntos, Hacia la universidad del siglo XXI, en el que estas seculares instituciones del saber apuntan cuáles deben ser los retos de la educación superior de cara a la próxima, e inminente, centuria.El rector Puyol, doctor en Geografía Humana, aprovechó los actos de ayer para recordar que su Universidad, con más de 105.000 alumnos, es la tercera del mundo en este aspecto -sólo la superan la Autónoma de México y la Sapienza, en Roma- y se basta para superar en población "a capitales de provincia como Tarragona o Badajoz". Puyol se tendrá que enfrentar el próximo mes de junio a elecciones para revalidar su mandato, que desempeña tras su ajustada victoria electoral de noviembre de 1995.
Tres continentes
A su vera, asentían las máximas autoridades de algunos de los campus más emblemáticos del mundo, como el rector de Salamanca -fundada en 1218-, su homólogo de Praga (que acaba de conmemorar sus primeros 650 años de enseñanzas) o los representantes de la Sorbona, Utrecht, Coimbra, Bolonia, Oxford, Cambridge, Harvard, Guinea Ecuatorial, Santo Domingo o la Autónoma de Nicaragua.La Complutense siempre ha presumido de una larga nómina de alumnos y profesores ilustres (Antonio de Nebrija, Ignacio de Loyola, Ortega, Ramón y Cajal, Menéndez Pidal, Severo Ochoa y muchos más), pero ayer el anfitrión y sus ilustres invitados prefirieron centrar la vista en el futuro. Su declaración internacional comprende una docena de objetivos comunes para el siglo que se viene encima: apostar por la movilidad, el intercambio de alumnos, las enseñanzas no sólo enfocadas para los jóvenes recién salidos del bachillerato, la defensa de los derechos de las minorías y la promoción de la sabiduría "como objeto último de la educación". El ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, resumió el documento apostando por una sociedad "en la que las universidades sean el motor de la apuesta permanente por los derechos humanos, la investigación y el desarrollo".
Por la tarde, los Reyes recibieron en audiencia a todos los rectores invitados. Los actos de celebración de estos cinco siglos de historia complutense continuarán hoy en Alcalá de Henares, la sede original del proyecto cisneriano, con una conferencia del escritor Augusto Roa Bastos y un acto de confraternización entre las universidades Complutense y de Alcalá. La reina Isabel II fue la que decidió, en 1836, el traslado de la Complutense original a la madrileña calle de San Bernardo, con el nombre de Universidad Central. Ésta recuperó la denominación fundacional en 1970, ya asentada en el actual campus de Moncloa, mientras que la nueva Universidad de Alcalá -que ha desdeñado el apellido "de Henares"- se fundó en 1975.
Manuel Gala, rector de esta última institución y decano en el gremio con sus 15 años de mandato, comentaba ayer que entre ambas universidades no existe rivalidad, "sino hermandad y afán de emulación, de ser tan buenos como el otro", según recoge la agencia Efe. Con todo, el pasado común y la paradoja de que la mayor universidad de la capital luzca el gentilicio de una ciudad situada a 35 kilómetros han despertado, a lo largo de estos años, no pocas suspicacias entre los alcalaínos. Alguna iniciativa política se ha escuchado, incluso, para que la Complutense no pudiera seguir denominándose así, aunque la cosa no ha pasado nunca de la anécdota.
Paralelamente a todos estos actos, la biblioteca histórica de la Complutense, la Marqués de Valdecilla (Noviciado, 3, en el centro de Madrid), expondrá hasta el próximo 13 de junio algunas de sus mayores joyas bibliográficas. La propia Bula de Alejandro VI es una de ellas, sin duda, pero tampoco puede olvidarse la celebérrima Biblia Políglota o el Códice del Siglo XIII de Alfonso X el Sabio. También hay retratos de Erasmo o el cardenal Cisneros.
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