Pekín robó en Estados Unidos el secreto para construir su bomba de neutrones
A Bill Clinton le estalló ayer una bomba entre las manos en el momento en que se aprestaba a recibir en la Casa Blanca al primer ministro chino, Zhu Rongji. La bomba metafórica fue una revelación periodística de The New York Times que versa sobre una bomba real. China, según fuentes anónimas del Gobierno norteamericano citadas por ese diario, le robó a Estados Unidos en 1995 un secreto decisivo para perfeccionar su bomba de neutrones. Zhu dijo anoche que no cree "en esas historias" pero que, a petición de Clinton, colaborará en las investigaciones.Ese caso de espionaje se añade al ya denunciado hace unas semanas relativo al secreto de la miniaturización de las cabezas nucleares. "Estamos muy preocupados por el espionaje chino, no nos hacemos ilusiones sobre el comportamiento de Pekín", declaró el pasado 9 de marzo Bill Richardson, secretario de Energía, al confirmar el primer caso de espionaje.
Pero si entonces, la Casa Blanca demócrata podía parapetarse tras el hecho de que el robo del secreto de la miniaturización ocurrió bajo la presidencia del republicano Ronald Reagan, esta vez la responsabilidad por la presunta incompetencia es toda suya. La información del segundo éxito chino en materia de espionaje nuclear en EEUU la facilitó a Washington un agente norteamericano en el país asiático, según el diario neoyorquino. La historia arranca de los años ochenta, cuando China construyó su primera bomba de neutrones, un artefacto cuya radiación mata de un solo golpe a decenas de millares de personas dejando intactos los edificios.
Esa bomba, que ya había sido fabricada usando secretos robados en el laboratorio californiano Lawrence Livermore, fue ensayada en 1988 y no funcionó.Pekín ordenó a sus agentes que husmearan en EEUU en búsqueda de soluciones para el problema y éstos las encontraron en un laboratorio norteamericano en 1995. Así fue perfeccionada la bomba de neutrones china.
Ni un sospechoso
Las fuentes de The New York Times no dan detalles sobre los presuntos agentes chinos y el lugar donde consiguieron hacerse con la información que buscaban. El FBI, encargado del contraespionaje en territorio nacional, no tiene aún un sospechoso.La Casa Blanca no desmintió ayer estos hechos, pero precisó que EEUU carece de pruebas de que China haya conseguido producir una bomba de neutrones efectiva. A comienzos del pasado mes, la Casa Blanca terminó aceptando la exactitud de la revelación del mismo diario sobre el que puede ser el mayor éxito de espionaje desde el final de la guerra fría.
En los años ochenta, China consiguió hacerse en el laboratorio de Los Álamos (Nuevo México) con los planos de la W-88, la cabeza nuclear en miniatura más moderna del arsenal estadounidense. A falta de pruebas que permitan acusarle ante un tribunal, el Gobierno de EEUU despidió el pasado mes al científico chinoamericano sospechoso de haber transmitido a Pekín el secreto de la miniaturización, que permite colocar en un solo misil varias cabezas nucleares con objetivos potenciales diferentes. El presidente Clinton admitió anoche que la seguridad de estos laboratorios "no fue siempre adecuada" y se comprometió a acelerar las investigaciones.
El científico, Wen Ho Lee, nacido en Taiwán y de nacionalidad estadounidense, seguía hasta entonces trabajando en el departamento de diseño de nuevas armas nucleares de Los Álamos. Ayer todavía seguía en libertad, aunque bajo vigilancia.
Una comisión del Congreso investiga estos casos de espionaje chino, que recuerdan el éxito de la Unión Soviética a finales de los años cuarenta, cuando adquirió el secreto de la primera generación de bombas atómicas a través de una red de espionaje en EEUU. En el caso de la W-88, se añade a los fallos de seguridad en Los Álamos, producidos bajo la presidencia de Reagan, la lenta y vacilante respuesta del Gobierno de Clinton, una vez puesto al corriente de la existencia de un topo.
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