El STEPV denuncia la retirada de líneas en valenciano ante presiones de grupos opuestos a la normalización

El proceso de normalización lingüística en los centros educativos valencianos está encontrando resistencias en plena etapa de matriculación, que comenzó el 5 de marzo. El sindicato mayoritario de la enseñanza no universitaria STEPV denunció ayer que "la Administración está cediendo a las presiones políticas de sectores contrarios a la normalización del valenciano, antes que cumplir con su obligación de proteger y planificar el sistema educativo atendiendo a la demanda de enseñanza en valenciano existente". El pronunciamiento se produce después de que la Dirección General de Política Lingüística de la Consejería de Educación retirara la propuesta -elaborada por el servicio de asesoramiento de la propia consejería y ratificada por la inspección educativa- de implantar líneas de valenciano en Educación Infantil de 3 años en varias poblaciones donde la demanda de clases en valenciano es mayor que la oferta actual. Entre los municipios con estas características figuran colegios de Mislata, Alicante y Catarroja, donde las presiones de grupos de profesores y de representantes de padres de alumnos, alentados por dirigentes políticos, han logrado la retirada de las líneas en valenciano antes de que éstas fueran ofertadas en la matrícula o, bien, como en el caso de Catarroja han derivado en situaciones "insólitas" -a juicio del sindicato- como el hecho de interrogar uno por uno a los padres que han matriculado a sus hijos en valenciano. El caso de Catarroja, según el STEPV, es el más flagrante. La inspección educativa informó a la dirección del colegio Jaume I que la Administración ha decidido implantar una nueva línea en valenciano, con lo cual quedaría clasificado como centro en valenciano, ya que en los últimos cursos la demanda ha sido del 90% frente al 10% de castellano. En función de esta decisión del servicio de asesoramiento del valenciano, la Junta Municipal de Escolarización ofertó 40 plazas de enseñanza en valenciano para el tramo de Infantil para el curso que viene. Las plazas se publicaron en el tablón de anuncios y hasta la fecha se han recibido más de 70 solicitudes. La propuesta fue bien recibida por el APA del centro, a excepción de un grupo de diez profesores (de 32 que hay en el centro) que presentaron su dimisión y de un grupo de padres que no tienen hijos ni hijas en edad de matricular, que comenzó una campaña de pegar carteles en los comercios de Catarroja, en colaboración con el alcalde Francisco Chirivella, del PP. En el aviso se insta a "aquellos padres que acudan a matricular a sus hijos en castellano y se lo impidan, acudan inmediatamente al Ayuntamiento a denunciarlo (preguntar por Maribel secretaria del alcalde)". Ante las presiones, y dada la imposibilidad de que la Dirección de Política Lingüítica retire la línea en valenciano porque ya ha sido ofertada y existen solicitudes, la consejería ha optado por entrevistar uno a uno a los padres que han pedido la opción en valenciano. Algo "insólito", que, según el STEPV, tendrá "consecuencias intimidatorias". La situación ha sido similar en los colegios Ausiàs March de Mislata y en el Sant Blai de Alicante, con la diferencia de que las protestas -alentadas por FAPA-Alicante- contra la decisión del consejo escolar de implantar una línea en valenciano de Infantil encontraron eco en la Administración y fueron retiradas antes de que saliera la oferta de plazas.