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Más música por menos dinero

Quien desee estar al día de la actualidad musical no tiene por qué preocuparse ya de reservar parte de su asignación para la compra de una serie de publicaciones que no siempre sacian su curiosidad ni atienden sus preferencias. En los últimos seis meses están surgiendo por doquier revistas que, en muchos casos, hacen las veces de sustitutivo perfecto de cuantas han poblado tradicionalmente los quioscos. Y con la ventaja de que son gratuitas. Actualmente se puede completar una generosa hemeroteca con sólo acudir a tiendas de discos y de ropa de segunda mano, salas de conciertos, bares, universidades, librerías y, en algunos casos, incluso cines. Este tipo de establecimientos forman la red de distribución de publicaciones como Art Shop, Sonotone, Zarata, Ska Rude Club, Etxebeltz Music, Noise?... Noiz?, Xirimiri, Maná y El Bolo Feroz. Todas ellas forman parte del paquete de revistas gratuitas elaboradas en Euskadi y Navarra, cuyo repaso permite observar diáfanas diferencias en lo referente a tirada, área de expansión, imagen, contenido y línea editorial. En el primer aspecto se lleva la palma Art Shop, con 25.000 ejemplares distribuidos (buena parte de ellos con El Periódico Universitario). Sin embargo, la que más territorio abarca es Zarata, cuyos 12.000 ejemplares se reparten en Euskadi, Navarra, Cantabria, Burgos y La Rioja. A todos los lugares llega entre las páginas de la edición nacional de Mondo Sonoro, periódico musical gratuito del que mensualmente se imprimen 85.000 unidades. En cuanto al contenido, en la mayoría de los casos no se restringe exclusivamente a la música (tienen cabida cine, teatro, Internet, cómic, exposiciones) y su tratamiento varía del similar al de cualquier magacín al uso a otros más personales en los que sobresale el humor, se da especial importancia al componente visual o abundan textos ligeros que facilitan su disfrute en cualquier contexto. Otro aspecto que varía es la línea editorial, que oscila entre un disimulado servilismo a las empresas anunciantes y la más feroz y mordaz crítica. Sin embargo, esta postura agresiva es casi una excepción ya que el extremismo no es la postura habitual. La clave la destapa Borja Crespo, director editorial de Art Shop: "Aunque todos seamos muy felices y utópicos, el periódico vive de la publicidad, y hay que mirar un poco la balanza para no excederse hacia un lado ni hacia otro". Las palabras de Crespo dejan entrever una realidad: a las acostumbradas dificultades que entraña confeccionar una publicación de calidad se unen la de lograr una distribución óptima y la de captar un generoso número de anunciantes, ya que éstos constituyen su única fuente de financiación. De ahí que, siendo un producto gratuito de cara al público, la más cruda competencia se establezca a la hora de rellenar los indispensables espacios publicitarios. Y más al principio, que es el periodo en el que más cuesta vender la idea. Además, el hecho de depender exclusivamente de la publicidad circunscrita prácticamente a un gremio entraña en sí mismo otro riesgo ya que, como afirma Alfonso Santiago, cabeza visible de Zarata, "la industria musical es muy poco segura; cuando menos te lo esperas se hunde una discográfica, una distribuidora o un festival. En ese caso no todos pagan sus deudas, y con ellos se hunde mucha gente". Atendida tal magnitud de riesgos y cuando todos los responsables insisten en que no es un buen negocio (menos para los colaboradores, cuyo trabajo no está remunerado en muchos casos), cuesta entender por qué siguen surgiendo este tipo de publicaciones. Pero lo cierto es que cada vez hay más, lo cual no implica que dicho aumento en la cantidad vaya acompañado de un incremento correspondiente en la calidad. El mero hecho de ser gratuito puede provocar que el producto se descuide. Y es que, cuando el bolsillo no se resiente, siempre se es más condescendiente. Otra frase célebre, que hay que explotar antes de la definitiva instauración del euro, es la que afirma que "nadie da duros a cuatro pesetas". Sin embargo, alguien puede poner en duda su vigencia al comprobar que las publicaciones que han motivado estas líneas no sólo se adquieren sin desembolso previo, sino que son frecuentes los regalos y sorteos entre sus lectores: principalmente discos, invitaciones y descuentos para conciertos.

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