Una exposición analiza las señas de identidad de los Pirineos

Diversidad y unidad. Estos dos conceptos contradictorios pueden aplicarse por igual a los Pirineos, un territorio marcado por la diversidad orográfica, político-administrativa y cultural, pero que representa a la vez una unidad geológica y geográfica. El Museo de Historia de Cataluña presenta hasta el próximo 2 de mayo una exposición dedicada a este complejo territorio compartido por España, Andorra y Francia. Producida por la Fundación La Caixa, la exposición está marcada por un hilo conductor, como subraya el secretario general de esta entidad Lluís Reverter: "Explicar qué es esta barrera que parece que divide, pero que en realidad une". La exposición Pirineos llega a Barcelona en la etapa final de un recorrido que empezó en Andorra y ha tenido paradas en las ciudades españolas de Pamplona, Vitoria, San Sebastián, Zaragoza y la francesa de Montpellier. En su concepción y desarrollo han participado numerosas instituciones, entre ellas el Departamento de Cultura de la Generalitat y la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. La exposición está dividida en cinco grandes ámbitos, que tratan de establecer una radiografía sintética sobre la realidad histórica de la zona que abarca los Pirineos, su situación en el presente y sus perspectivas de futuro. La exhibición arranca con la formación de la sierra pirenaica -que se inicia en la era secundaria, hace 75 millones de años, y termina en plena era terciaria, 25 millones de años atrás- y se cierra con un repaso a las principales vías de comunicación utilizadas en el territorio a lo largo de los siglos. Paisaje, ganadería y arte El paisaje, la ganadería y el románico como expresión artística de los Pirineos, ejemplificado mediante manifestaciones concretas de este arte cedidas por diversos museos, son los otros grandes apartados de la exposición. Entre otros materiales exhibidos hay imágenes animadas informáticamente, maquetas y utillaje agrícola y ganadero de la zona. En palabras de su coordinadora, Elisenda Vives, la exposición permite romper con algunos tópicos habituales, como el del aislamiento entre los diversos pueblos que han convivido en los Pirineos. "Todos ellos tienen puntos en común como es la ganadería, que ha obligado a internacionalizar la cultura a través de la trashumancia, o la actividad artística. El arte románico nos permite transportarnos a los orígenes de la mayor parte de los Estados de Europa". En relación con las coincidencias en la zona, la exposición Pirineos se entretiene en la capacidad unificadora de la lengua, que en palabras de Elisenda Vives "muestra la forma en que la diversidad cultural se manifiesta y, a través de la multiplicidad de lenguas, permite la comunicación".