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OFENSIVA ALIADA CONTRA SERBIA

Un agitado Jueves Santo en Belgrado

El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, tuvo un Jueves Santo agitado. Para abrir boca, la televisión serbia presentó, por la mañana temprano, a tres soldados de Estados Unidos capturados. Después, el presidente yugoslavo recibió una visita del Vaticano, que, según la televisión serbia, se inclina por una pausa en los bombardeos durante estos días de Semana Santa. Para redondear la faena, Milosevic sacó de su chistera, en una jugada sorprendente, al presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, quien se pronunció por un cese de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia.El mismo día, la OTAN destruyó en Novi Sad, al norte de Yugoslavia, un puente sobre el Danubio, un objetivo que parece más bien civil y un anticipo de lo que puede ocurrir en Belgrado los próximos días. En la noche, la televisión anunció un cambio al frente del segundo Ejército, con sede en Montenegro. Una purga, que parece indicar una maniobra de Milosevic para asegurarse la lealtad del mando militar en esa segunda república yugoslava que le produce serios quebraderos de cabeza.

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Ninguna de las versiones que se dé sobre la captura de los tres soldados estadounidenses, si ha sido en Macedonia o en territorio de Serbia, puede ocultar el éxito propagandístico que supone para el régimen de Belgrado. Presentar a tres soldados de la primera potencia mundial, hechos prisioneros, supone para Milosevic una baza equiparable al derribo del avión invisible F-117 A. El precio de la exhibición de esos soldados prisioneros puede costarle caro a Milosevic, en forma de represalia por parte de Estados Unidos y de la OTAN. No obstante, el primer golpe no se lo quita nadie

Sonrisas en la televisión

Lo mismo puede decirse de la sorprendente aparición el jueves, con apretones de manos y sonrisas, de Milosevic con el hasta hace poco máximo líder kosovar, Ibrahim Rugova. No daba la impresión Rugova de actuar bajo la influencia de drogas o de una fuerte presión, sino que parecía normal y relajado. Rugova, de grado o por fuerza, ha metido un gol en propia puerta a la OTAN y a los kosovares, que le califican ya de traidor.Emisarios papales acudieron también a Belgrado el jueves y aparecieron en la televisión serbia, una vez más con grandes apretones de manos y muchas sonrisas, al lado de un Milosevic, que no parece tenerlas todas consigo en lo que a la lealtad de sus mandos militares se refiere. En Montenegro, Milosevic ha cambiado el mando militar, en lo que parece una purga para asegurarse lealtad en esa república, puede ser escenario de la próxima crisis yugoslava.

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