La apuesta de Primakov
"Es el regreso de la gran diplomacia soviética" comentaba con ironía (...) un embajador occidental en Moscú. En pleno acuerdo con el FMI (...) el primer ministro ruso se marcha a Belgrado a intentar hacer entrar en razón, si es que esto es posible, a Slobodan Milosevic. Formado en la escuela de Gromyko, el incombustible ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Yevgueni Primakov, antiguo responsable de la KGB, jefe de la diplomacia rusa los últimos años, hoy primer ministro de un presidente enfermo, se encuentra en una posición clave ahora que los ataques de la OTAN sobre Kosovo no han conducido de momento más que a agravar un drama humanitario en el centro de Europa. Esta iniciativa se enmarca dentro de la acción desarrollada por el primer ministro ruso desde su elección en 1998: inmovilismo mezclado con incapacidad en materia de política económica y superactividad en política exterior; marcada por un fuerte deterioro de las relaciones con Estados Unidos. (...) Convencido de que los europeos, divididos por las consecuencias de la operación, se agarrarán al primer gesto hecho por Milosevic, ve en esta crisis la posibilidad de colocar de nuevo a Rusia en el centro de la escena internacional. (...) El viaje a Belgrado es en gran medida, si no ante todo, un asunto de política interior rusa. Un éxito diplomático de Primakov acabaría de marginar a un Yeltsin sin aliento; restauraría un poco el estatuto de gran potencia del que Rusia (...) tiene nostalgia. Y probaría que (...) Primakov es un político con el que hay que contar., 31 de marzo.
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