El alcalde denuncia que no ha habido un plan de control desde el cierre de la mina

VIENE DE LA PÁGINA 1 El alcalde, Juan José Mezcorta (PSE-EE) denuncia en el comunicado enviado a los vecinos que "desde el cese de la actividad de extracción del mineral, hace 6 años, no ha existido mingún plan de seguimiento y control" de la mina Bodovalle, explotada por Agrupación Minera SA (Agruminsa) hasta 1993. La primera autoridad de Abanto se queja del desinterés manifestado por el Departamento de Industria y recuerda que, pese a otros precendentes de menor entidad, "no se ha realizado ningún estudio para determinar el estado de las galerías y cámaras de explotación". Asegura que la empresa, filial de la desaparecida Altos Hornos de Vizcaya, se ha limitado a "mantener un exiguo equipo de tres operarios en labores de mantenimiento". El percance ha provocado alarma en la comarca minera, cuyo subsuelo está recorrido por más de 70 kilómetros de antiguas galerías. Sobre todo, entre los vecinos de Abanto y Ortuella que saben que la empresa Agruminsa empleó desde 1985 el sistema de excavación mediante "cámaras corridas", similares a la 6-2 que se hundió en el cerro Buenos Aires. Tras el agotamiento de las reservas a cielo abierto, extraídas en Gallarta entre 1965 y 1985, Agruminsa comenzó a explotar los carbonatos en la zona de Bodovalle (Gallarta) mediante enormes galerías subterráneas. El sistema de "cámaras corridas", explica el geólogo minero P. L., consistía en la extracción del mineral en huecos de unos 25 metros de altura transversales a la dirección de la galería, de manera que una vez producida la extracción, "la cámara formada tiene 25 metros de anchura por 200 de longitud, con una altura entre los 40 y los 90 metros". Cada cámara está separada de la siguiente por un tramo sin explotar de unos 20 metros de anchura. Tanto este geólogo como el ingeniero de minas G. A.C. comparten la opinión de que con inspecciones periódicas y los instrumentos de medición existentes se podía haberse previsto el hundimiento, evitándose el riesgo que corrieron los habitantes y usuarios de la zona. Ambos citan el precedente de otros siniestros más leves ocurridos en 1983 y 1987. Así mismo se preguntan para qué realiza la Administración vasca "estudios costosos y útiles, que después no se usan". Se refieren al Plan de Emergencia Municipal de Abanto, aprobado en febrero de 1998, y subvencionado por la Dirección de Emergencias del Departamento de Interior del Gobierno vasco. En dicho plan se advierte del riesgo de posibles hundimientos. Otro documento es el titulado Estudio de Recuperación de las Áreas Afectadas por Actividades Extractivas en los municipios de Abanto-Zierbena, Barakaldo, Galdames, Güeñes, Muskiz, Ortuella y Trapaga, de 1990, que recoge información pormenorizada y fidedigna de todas las minas, con representaciones de gran precisión, a escala 1: 5.000. El Departamento de Industria ha convocado para hoy una rueda de prensa para explicar sus actuaciones sobre este caso. En el acta de inspección realizada el pasado día 17 se citan como medidas inmediatas la petición de un informe a Agruminsa y, a "corto-medio plazo" la presentación de un estudio que permita "evaluar el riesgo" de nuevos hundimientos, así como la elaboración de un plan de seguimiento y control.