Macedonia: la próxima guerra
Desde el momento de su proclamación de independencia en 1991 se le ha negado casi todo: el nombre, la bandera, la lengua y el territorio. Nos referimos a Macedonia, un pequeño país, nacido tras la implosión de la antigua Yugoslavia, con una población de poco más de dos millones de habitantes y un montón de problemas que ha intentado resolver con pragmatismo y obstinación. (...) Pero la politólogo y editorialista del semanal Start Nevenka Mitrevska afirma que, aun que la situación parece, tranquila, Macedonia es un país "que se resiente de todo lo que sucede (...) en Yugoslavia, en Grecia, en Bulgaria y, sobre todo hoy, en Kosovo y en Albania". Y añade: "Macedonia es un país muy frágil que podría explotar cualquier día. Y esto significaría su desaparición". (...) Basta pensar en el objetivo del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK): si lograra la independencia, exigiría inmediatamente la anexión de toda la zona noroeste de Macedonia, poblada en su mayoría por albaneses. (...) Y es precisamente por esta razón por la que tanto la ONU como la Unión Europea se oponen a la independencia de Kosovo. Porque provocaría una reacción en cadena en la que estarían inmediatamente implicadas Grecia, Bulgaria y Turquía, países sensibles al destino de los musulmanes de los Balcanes. (...) El nuevo Gobierno macedonio (...) también debe afrontar, además del contencioso griego y búlgaro, la difícil cuestión albanesa, es decir, el problema de una minoría inquieta siempre dispuesta a servir como caja de resonancia de las reivindicaciones de los kosovares. (...)
, 27 de marzo
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