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Dimite el líder de los socialistas valencianos al desautorizar el PSOE su propuesta de listas

La tensión entre renovación y luchas de familias deja sin candidato autonómico al PSPV

Cristina Vázquez

Joan Romero, secretario general del Partit Socialista del País Valencià (PSPV-PSOE) y aspirante elegido en las primarias para disputar a Eduardo Zaplana la presidencia de la Generalitat, dimitió ayer como secretario general y candidato al sentirse desautorizado por el comité nacional, que aprobó unas listas con importantes modificaciones respecto a la propuesta realizada por él y su ejecutiva. El pulso entre las familias del socialismo valenciano, que no ha perdido intensidad desde el congreso de julio de 1997, ha estallado a tres meses de las elecciones. Una gestora se hará cargo del partido.

Elegido secretario general con la bandera de la renovación en julio de 1997 por un escaso margen frente a los sectores encabezados por el secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, y el ex presidente de la Generalitat y secretario federal de Empleo, Joan Lerma, Romero se apoyó entonces en sus seguidores, los del ex ministro Antoni Asunción y los de la corriente Izquierda Socialista. Ayer, la mayoría de los militantes adscritos a esos sectores le impuso unas candidaturas en el comité nacional contrarias a las aprobadas por la ejecutiva del partido. Sólo los lermistas le ofrecieron apoyo, aunque hubo bastantes deserciones en sus filas. Lo estrecho de la votación -115 votos frente a 101 y un voto en blanco- revela la división en el PSPV.El dimitido secretario general y candidato frustrado a las autonómicas de junio propuso unas listas con presencia de independientes vinculados a movimientos sociales relacionados con la sanidad, la pequeña empresa o la educación, y de afiliados de diversos sectores del partido. El elemento más llamativo era que de los 32 diputados actuales en las Cortes Valencianas únicamente seis se mantenían en puestos de elección segura.

El comité de listas del PSPV, con mayoría de los críticos, elevó al comité nacional, tras una noche de fuerte tensión, una propuesta que respetaba a los independientes pero sustituía a la mayor parte de los seguidores de Romero. Éste había intentado un acuerdo de última hora modificando su propia propuesta para dar entrada a algunos lermistas, que apoyarían de esta manera su posición. No fue suficiente, pese a que Romero dejó muy clara su postura a los miembros del maximo órgano entre congresos. "La variación es muy sustancial", dijo de las candidaturas surgidas del comité de listas, para las que pidió el voto en contra porque respondían a la "suma de estructuras tribales" que él había tratado de superar con "una propuesta para que los ciudadanos vieran que habíamos pensado más en ellos que en nosotros".

El secretario general del PSPV interpretó la lista aprobada como una desautorización a su comisión ejecutiva. "Este dictamen desautoriza por dos veces a la dirección del partido y al candidato también", dijo Romero, quien añadió que no estaba dispuesto a ser "un secretario general subalterno". El dirigente socialista añadió que la de ayer era la sexta ocasión en la que se sentía cuestionado, en referencia a los pulsos internos vividos por la segunda federación socialista de España. "Empiezo a pensar que para algunos compañeros soy parte de un problema y no parte de una solución", se quejó.

Los críticos, por su parte, le acusaron de falta de flexibilidad y de insensibilidad hacia la realidad interna del partido. Vicent Tarrazona, en nombre del comité de listas, acusó a Romero de "no escuchar a las bases del partido, que también son parte de la sociedad". Tarrazona aseguró: "No queremos hiperliderazgos".

Una vez conocidos los resultados de la votación, Romero anunció su dimisión. En medio de una fuerte conmoción, el comité nacional continuó su reunión con asuntos de trámite y a última hora de la tarde suspendió la sesión tras la constitución de la mesa del organismo como comisión gestora del partido, que había quedado sin ejecutiva. En uno o dos días, el comité federal del PSOE deberá nombrar una gestora que dirigirá el PSPV-PSOE hasta un congreso extraordinario después de las elecciones autonómicas de junio.

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Consultas de Borrell y Almunia

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, mantuvieron ayer contactos con el secretario de Organización del PSOE, el valenciano Ciprià Ciscar, uno de los principales oponentes a Romero, y con este último, según fuentes del partido, para tener información de primera mano y buscar una salida a la crisis. Romero era uno de los barones territoriales que apoyaban a Borrell en el pulso dentro del PSOE. La única situación parecida en el PSPV se remonta a 1979, cuando el dirigente Joan Pastor dimitió al no sentirse arropado por el partido y fue relevado por Joan Lerma.Más complejo que la gestora es ahora para el PSOE encontrar un candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana. Ayer se barajaban los nombres de Antoni Asunción, Carmen Alborch o Clementina Ródenas. Asunción y Ródenas se enfrentaron a Romero en las primarias. Fuentes de la dirección del partido no descartaban la opción de otro candidato. Ninguno de los líderes de los sectores del socialismo valenciano quisieron pronunciarse públicamente sobre lo ocurrido. Lerma y Ciscar declinaron hacer declaraciones. Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario de Comunicación de la ejecutiva federal del PSOE, dijo que la solución a la crisis debe encontrarse "en el seno del PSPV" y garantizó, en todo caso, que habrá un candidato a la Generalitat Valenciana antes del 10 de abril.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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