Formación Profesional

Los ordenanzas de la Escuela de Arte de Málaga, en réplica al artículo publicado el día 19 de marzo por el periódico EL PAÍS, en el que la maestra del Taller y Policromía, Capilla López, explicaba que la exposición de Madeleine Edborg no podía ser visitada ante la negativa de los ordenanzas a no abrir la puerta, desean manifestar: Las puertas de dicha sala no están abiertas porque la propia Sra/Srta. Capilla López dio orden verbal de que permanecieran cerradas con el fin de evitar que la exposición sufriera daño alguno debida a la masiva asistencia de alumnos de Bachiller. En ningún momento, Sra/Srta. Capilla López ha manifestado ninguna queja al respecto. En todo momento los ordenanzas han seguido las órdenes del jefe más directo, el secretario del centro. En esta escuela se vienen celebrando exposiciones permanentemente y nunca se han recibido quejas de ningún tipo.- María Luisa Navarro Jaramillo y tres firmas más.

Ésta es una carta abierta y una invitación a la Plataforma 8 de marzo, que organizó la fiesta celebrada el 6 del mismo mes en el Casino de la Exposición, para que nos expliquen a las mujeres que intentamos participar en el mencionado acontecimiento, con el simple propósito de vivir unas horas compartiendo experiencias y proyectos, poniéndonos al corriente de nuestra lucha diaria por superar barreras y tópicos y en pos de la igualdad, el por qué de prohibir la entrada a los hombres. Los atisbos de argumentos que más expresaban las gorilas que dicha plataforma colocó en la puerta aludían tímidamente a que la decisión se había tomado por mayoría, un argumento de peso; también mencionaban que, bueno, por un día que estuviésemos las mujeres sin hombres tampoco iba a pasar nada. Desconocen estas mujeres que las feministas de base estamos luchando día a día, solas o con hombres a nuestro lado que, desde luego, no merecen que no les dejemos entrar en una fiesta. Esta carta es una denuncia a este tipo de comportamientos que incitan a la discriminación entre sexos, propiciando la lucha entre los mismos y ofreciendo una imagen de los grupos de mujeres que en vez de acercarnos a la sociedad nos aleja de ella, colocándonos a las feministas de a pie, es decir, a las que luchamos en nuestras asociaciones y barrios, en nuestros trabajos, en los colegios de nuestros hijos y en nuestras propias familias, en una posición no sólo difícil sino triste, sin argumentos ante la demanda de explicación que en nuestros respectivos foros nos era reclamada. En definitiva, por muchas explicaciones que nos intentéis dar, no se trata nada más que de prejuicios y tabúes. Me es un poco ingrato, tener que recordaros que la libertad de las mujeres nunca puede implicar o parecer que implica la esclavitud de los hombres, de la misma manera que los hombres no pueden soñar con ser libres si las mujeres no lo somos, porque se trata de una libertad con demasiadas miserias. En la confianza de que el feminismo defiende la razón y la igualdad, y que lucha porque la libertad no sea exclusiva de unos pocos, tened la certeza que seguiremos insistiendo.- María Maldonado. Sevilla.