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Pujol y Rato negocian abaratar los peajes con los impuestos que pagan las autopistas

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el ministro de Hacienda, Rodrigo Rato, iniciaron el pasado martes una negociación que debe culminar con el traspaso al Gobierno catalán de los impuestos que pagan las concesionarias de autopistas. Estos impuestos serían destinados, en todo o en parte, a lograr nuevas rebajas de peajes en las autopistas que cruzan Cataluña, aseguró el presidente, que puso fecha al acuerdo: los presupuestos del año 2000. La rebaja afectará a todos los peajes de Cataluña, afirmó, aunque se negocian descuentos a aplicar antes por las autopistas de la Generalitat.

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La presión popular ha terminado por afectar al Gobierno catalán. Su presidente, Jordi Pujol, anunció ayer que ha incluido en la negociación de los presupuestos del 2000 la exigencia del traspaso de los impuestos que pagan las concesionarias. ACESA liquidó, en concepto de IVA e impuesto de sociedades, más de 24.000 millones de pesetas en 1997, último ejercicio del que se tienen datos. El principal beneficiario de este dinero, aseguró Pujol, tiene que ser el usuario de las autopistas. "La reversión del impuesto debe producir una nueva rebaja generalizada de los peajes", afirmó. Pujol, que intervino en unas jornadas sobre los peajes organizadas por el propio Gobierno catalán, sostuvo la tesis de que los peajes fueron positivos en un primer momento, cuando los usuarios pagaban por un servicio que el resto de españoles no tenía. Pero luego llegaron las autovías y con ellas el sentimiento de discriminación de quienes pagaban. "El peaje sólo es malo cuando es alto o cuando es discriminatorio. En Cataluña, es discriminatorio", dijo. "El melón de las rebajas" Tras recordar que "fue el Gobierno catalán el que abrió el melón de las rebajas de los peajes, en abril de 1996", Pujol lamentó que apenas nadie le reconozca este mérito. En aquella fecha, el entonces consejero de Política Territorial y hoy titular de Economía y Finanzas, Artur Mas, reclamó una rebaja del IVA a las autopistas que tardó más de un año en ser aplicada y sólo en el 50% anunciado. En ese momento se inició un movimiento antipeajes que aún está vivo y que cuenta con la colaboración entusiasta de más de un centenar de ayuntamientos y cámaras de comercio. Este movimiento es el que ha hecho que Pujol, decidido defensor de los peajes, acabe abriendo una tercera negociación con el Gobierno central para lograr nuevas rebajas. Pujol anunció también descuentos en las autopistas que dependen del Gobierno catalán. Esta es una reivindicación en la que coinciden el movimiento antipeajes y la oposición parlamentaria. El presidente catalán, consciente de que su Gobierno ha ido siempre con el paso cambiado en materia de peajes, no perdió la ocasión de reñir a quienes reclaman las rebajas "sin sentido de la responsabilidad". El Gobierno catalán, citó Pujol como ejemplo, no era partidario de construir la autopista Terrassa-Manresa ya que no le veía futuro, tenía un trazado complicado y no creía que ninguna empresa estuviera dispuesta a acudir a la licitación de la obra. Fue la presión de los municipios de la zona, entre ellos los de Manresa y Berga, la que acabó por convencer al Ejecutivo. Y ahora, esos mismos municipios se apuntan a reclamar rebajas en esa autopista e incluso la gratuidad de la misma. Una gratuidad que Pujol ve "imposible". El presidente de la Generalitat analizó dos posibles soluciones para los peajes: la primera, el rescate, que cifró en más de un billón de pesetas. La segunda, la igualación de las tarifas. Dos vías imposibles, dijo. Queda la rebaja de los peajes, tanto en las autopistas de la Generalitat como en las del Estado. Los acuerdos firmados el pasado otoño han hecho que las autopistas que son concesión del Gobierno central tengan en Cataluña un precio medio de 10 pesetas por kilómetro. Las de la Generalitat cuestan, de media, más del doble y algunas de ellas hasta el quíntuple. Pujol prometió que bajarían su precio. PASA A LA PÁGINA 5

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