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Montserrat

DE PASADAInternet no deja de dar sorpresas. Recientemente se ha puesto en marcha en la ciudad de Córdoba un buscador dedicado a esta provincia. La iniciativa corresponde a la empresa local Alcavía, y el creador de la página ha sido Rafael Aranda. Una islámica luna roja recibe al visitante que llega a tan novedosa dirección (www.califa.net). Además de los servicios de búsqueda de datos propios de este tipo de páginas, Cálifa, que así lo han bautizado sus promotores, permite al internauta conocer cuales son las páginas más visitadas. Entre las webs institucionales, se cuela en un honroso quinto puesto la del club nocturno Montserrat, sin duda otra institución local. Fuerte competidor le ha salido a los organismos oficiales. Ni siquiera la página del Ayuntamiento o la de la Diputación consiguen superar al reconocido lugar de alterne. Merino y Mellado pierden la batalla ante tan insinuante propuesta. Quien sale airoso del combate, es el rector de la Universidad, Eugenio Domínguez, que logra llevar a su página hasta el tercer lugar de la lista, dos puestos por encima del Montse. Que nadie tenga remordimientos, la ocasión de pecado al visitar la web del club de alterne es casi nula. Pese a tan buenos augurios, el navegante se siente un poco desilusionado al acceder a la página del local de esparcimiento. Las fotos con que los propietarios ilustran la web son a toda vista antilujuriosas. No obstante, y por aquello del morbo, se recomienda la visita (www.cybercordoba.es/montserrat). Para aquellos que no dispongan del equipo necesario o teman que les pille el jefe en tan indecorosa dirección, recogemos los aspectos más destacados. Sin duda, el lugar más interesante es aquel en el que se muestran las dependencias del local. Un pelín hortera nos parecen. Las habitaciones están decoradas con distintos ambientes, imaginamos que para adaptarse a los gustos de la clientela. Así, una de las suites, tal rango le otorgan en la propia página, luce un enorme póster hawaiano. Quizá cuelguen un collar de flores al visitante nada más entrar por la puerta, en cualquier caso la web no informa de este extremo. Otro de los ambientes sugeridos por el establecimiento, trata de transportar al cliente, de manera fallida, al Bagdad de las mil y una noches: un enorme arco de reminiscencias árabes hace las veces de entrada al catre. La página se completa con bañeras y jacuzzis. Un tanto triste nos parece la sexualidad de los cordobeses a juzgar por el éxito del local y tan pobre escenografía. En cualquier caso, curioso.

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