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Un pueblo que corre

El conocido historiador Lluis Pericot escribió en una ocasión "¿Quien sabe que es, de donde, proviene el euskara? En los pueblos Europeos de la actualidad, a los habitantes del siglo XX nada nos puede llevar a los tiempos de hace 5.000 o 10.000 años (...) Para ello nos resultaría suficiente escuchar a un labrador cantar versos en euskara y cerrar los ojos. Estaríamos escuchando a los pastores del neolítico". El testigo que de mano en mano recorre el territorio que al euskara le es propio, Euskal Herria, simboliza el tesón, las ansias de todo un pueblo ubicado en las dos vertientes del Pirineo por recuperar la que antaño era su principal vehículo de comunicación. Durante estos días, cientos de miles de personas de distinta edad, medios de comunicación, organizaciones sociales, partidos, sindicatos e instituciones se darán simbólicamente la mano, se transmitirán el testigo, igual que el euskara se transmite de generación en generación, simbolizando, por encima de todo, lo que es obvio, el euskara es patrimonio de todos. Durante muchos años se nos ha negado la palabra, durante cientos, aquellos que como Nebrija en 1.492, creían que la lengua estaba íntimamente ligada a la propia pervivencia del imperio, relegaron nuestra lengua, como si un trapo sucio se tratara, al ámbito estrictamente familiar, impidiendo incluso su uso en la educación, la justicia o demás ámbitos. Pero todo pueblo, por pequeño que este sea, tiene derecho a su propia existencia, a aportar al mundo su propia visión del universo. A las puertas de un nuevo milenio la situación de nuestra lengua no tiene nada que ver con la situación que vivía hace tan sólo 35 años. En poco más de treinta años, Euskaltzaindia ha liderado un proceso de unificación y modernización, que aun con sus defectos, en lo que al engarce y supeditación de funciones entre los distintos dialectos y lengua unificada se refiere, se ha llevado a cabo en pocos años, cuando otras lenguas han necesitado cientos. Desde 1976-77, el número de enseñantes en la educación reglada de la Comunidad Autónoma Vasca que conocen el euskera se ha multiplicado por doce, pasando del 5% a más del 60% en la actualidad. Desde el curso 1982-83 los modelos educativos impartidos en euskera se han visto, año tras año, fortalecidos, hasta convertirse en mayoritarios, gracias a que los padres y madres, voluntariamente, han optado, por un futuro euskaldun para sus hijos e hijas. En la actualidad, en la franja de edad inferior de veinte años la mayoría de la población es euskaldun. En el curso 1997-98 más de 52.000 personas en toda Euskal Herria, mayores de 16 años, han estado aprendiendo euskera en un euskaltegi o internado y se han impartido más de trece millones de horas lectivas. En pocos años, el número de personas que conocemos el euskara ha aumentando en más de doscientas mil personas. En definitiva, estamos viviendo, somos protagonistas, de un proceso de cambio sin precedentes en Europa. Sin embargo, ante esta realidad, aun hoy, el euskera tiene que superar numerosas dificultades, tiene que superar la desidia de algunos que como en Nafarroa o Iparralde conciben las leyes a modo de muros de contención para intentar evitar lo inevitable, la expansión, y normalización plena del euskera. Solo desde la mala fe, desde la ignorancia, desde la intolerancia, desde la negación de los derechos democráticos más elementales se puede negar a una radio que emite en euskera la licencia necesaria para emitir, obligar a los padres y madres a sufragar la escolarización de sus hijos e hijas si se quiere que aprendan en euskara, negar la oficialidad de una lengua en contra del deseo mayoritario de la población. Pero las dificultades no hacen sino redoblar el compromiso de la sociedad a favor de la lengua vasca, y es que intentar poner vallas a la palabra resulta un esfuerzo baldío, ya que el euskara es lengua de futuro en toda Euskal Herria. Precisamente el compromiso es uno de los ejes de la campaña Korrika, ya que con esta idea trasladamos a la sociedad, verdadera protagonista de este proceso, la idea de que para ganar nuevos espacios de uso en el ámbito educativo, familiar, medios de comunicación, ocio, cultura, nuevas tecnologías, mundo del trabajo e institucional es necesario ahondar en él. Personas, medios de comunicación, asociaciones, sindicatos, partidos, instituciones, etc. todos podemos hacer algo más a favor de la lengua vasca, teniendo como único límite aquel que nosotros libremente adoptemos. Los vascos hemos sufrido y sufrimos en nuestra propia tierra la negación de nuestra propia existencia, se nos ha apaleado, castigado, marginado e incluso marcado por hablar en la lengua heredada de nuestros mayores, por eso, independientemente de las actitudes y campañas estridentes de unos pocos, no queremos que la historia se repita, no buscamos venganza alguna, queremos aunar voluntades, atraer personas al rico mundo del euskera, hablamos de reposición que no de imposición, pedimos para nuestra lengua el mismo reconocimiento que tienen tanto el castellano como el francés, pedimos igualdad de oportunidades con el fin de poder vivir -en todos los ámbitos- en euskara, nosotros, desde el respeto a la diversidad y pluralidad, queremos construir el futuro entre todos y todas, porque si con generosidad nos damos la mano, nos pasamos el testigo, llegaremos, todos, mucho más lejos.

Erramun Osa es Responsable de AEK Bizkaia.

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