Tráfico vuelve a apostar por las imágenes duras en su campaña televisiva

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido arrinconar los mensajes suaves en su nueva campaña de publicidad en televisión y recuperar las imágenes duras con el fin de atraer una mayor atención por parte de los telespectadores. El periodo dulce que inauguró su actual director, Carlos Muñoz-Repiso, se ha revelado poco eficaz porque los mensajes disuasorios, sin cuadros impactantes, pasaban inadvertidos ante la opinión pública, según reconoció ayer la subdirectora de Investigación y Formación Vial, Estrella Rivero.Desde el próximo viernes, día 26, la campaña, elaborada como en 1992, 1996 y 1997 por la agencia McCann-Erikson, comenzará a emitirse por todas las cadenas de televisión y salas de cine en secuencias de 35 segundos. Con un presupuesto de 2.200 millones de pesetas, se darán 2.300 pases y 1.800 inserciones.

Los siete escenarios que presenta parten de situaciones cotidianas, una clase, un entrenamiento de fútbol o una consulta médica, para terminar recomendando prudencia en la conducción.

"Recuérdale"

Con la base de esas escenas ordinarias, una potente voz irrumpe para advertir: "¿De qué sirve que le enseñes a tomarse las cosas con calma si mañana conduce con exceso de velocidad?". Esa sentencia da paso a una secuencia en blanco y negro en la que se ve el espectacular vuelco de un coche o el atropello de un niño por cruzar un semáforo en rojo..."Recuérdale que no exceda los límites de velocidad. Enseña también educación vial, enseña a vivir", termina el locutor apelando a los mediadores sociales para que sean cómplices y corresponsables de la prevención de los accidentes.

Eso sí, no se ve sangre ni heridos ni se escuchan lamentos. Sólo se ve el momento del impacto, que ocupa la última cuarta parte del anuncio.

Muñoz-Repiso quería huir de la sensación de agarrotamiento que provocaban los anuncios con mucha sangre a la vista. "No queremos conductores que se sientan al volante como si estuvieran sentados en una silla eléctrica. Queremos conductores responsables", afirma. Pero la única manera de conseguirlo es provocar un aldabonazo porque las campañas dulces no se han demostrado realmente eficaces. En 1998 las muertes en accidentes de carretera se incrementaron en un 5% respecto a 1997. El director de Tráfico atribuye esa subida a que ha aumentado el número de vehículos y el de conductores, pero lo cierto es que eso ha ocurrido en toda Europa y no en todos los países el fenómeno ha ido acompañado de tal progresión de la siniestralidad.

Hasta ayer, el número de los fallecidos en el acto en lo que va de año era de 799, tres menos que en el mismo periodo de 1998. Y, según dijo ayer el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Luis Fernández, por cada muerto hay siete heridos graves.

Antes del 7 de mayo, fecha en que entrará en vigor el descenso de las máximas tasas permitidas de alcoholemia, se intensificará otra campaña para advertir a los conductores de la nueva norma: 0,5 gramos en sangre en general o 0,3 gramos para los jóvenes y los profesionales del volante.