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Los internacionales yugoslavos viven una odisea para abandonar su país

La angustia, el miedo y la preocupación invadió ayer al grupo de jugadores yugoslavos que aceleró su regreso a los equipos de los países europeos en que militan, principalmente en España e Italia. Los jugadores, después de que la UEFA decidiera aplazar los partidos Yugoslavia-Croacia y el Macedonia-Irlanda, señalados para el sábado, debido al conflicto bélico iniciado ayer, se encontraron con serios problemas para abandonar su país. La situación fue caótica y los futbolistas se vieron obligados a abandonar su país por carretera, a través de la frontera con Hungría.

Las acciones de castigo llevadas a cabo ayer por la OTAN sobre territorio yugoslavo tras el fracaso de las negociaciones sobre Kosovo desató un caos en el país, del que no escapó el fútbol. Numerosos futbolistas yugoslavos que juegan en equipos españoles se encontraban concentrados desde principios de semana en la ciudad de Palic, próxima a la frontera de Hungría y a unos 200 kilómetros de Belgrado, donde el sábado estaba previsto disputarse el partido Yugoslavia-Croacia, valedero para la fase previa de la Eurocopa2000. La UEFA decidió ayer aplazar este encuentro, como también el que cuatro días después jugaría la selección yugoslava con Macedonia, y asimismo el partido que este último país tenía previsto disputar este sábado ante el Irlanda.Inmediatamente después de conocerse la decisión de la UEFA y antes de iniciarse los bombardeos de la OTAN, la federación yugoslava de fútbol mandó un recado de tranquilidad a los equipos españoles que cuentan con jugadores de esa nacionalidad. Les aseguró que su regreso a España se realizaría inmediatamente. Pero la preocupación también llegó a los equipos españoles cuando comprobaron la gran cantidad de vuelos cancelados en el aeropuerto de la capital yugoslava, que llevó a cerrarse.

La federación yugoslava comunicó a sus jugadores que podían abandonar la concentración y el país, pero dejaba en sus manos la fórmula para regresar a España. La desbandada fue total. Muchos de ellos prefierieron trasladarse a Belgrado en busca de sus familiares con el fin de salir juntos del país. Pero la casi totalidad de los futbolistas se vieron obligados a abandonar Yugoslavia por carretera a través de la frontera de Hungría para, desde su capital, Budapest, tomar el avión que les trasladarse a España. Algunos jugadores, como Djukic, del Valencia, y Milosevic, del Zaragoza, llegaron anoche a España. "Todo esto es muy triste y siento impotencia", aseguró el jugador valencianista a su regreso.

Mijatovic: "Me siento mal"

El Real Madrid se puso ayer en contacto con su internacional yugoslavo Predag Mijatovic y le ofreció la posibilidad de ponerle un avión a su disposciión si lo creía conveniente. El jugador contestó que tenía todo arreglado, que estaba al lado de su hijo Luka, de seis años, y que creía que no tendría problemas para viajar a Madrid desde Hungría, lo que espera hacer hoy.En declaraciones a Antena3, el jugador relató que escuchó desde el coche en el que viajaba a la capital húngara los primeros bombardeos y que lo pasó muy mal para explicarle a su hijo por qué no abandonaban el país como de costumbre, en avión desde Belgrado. "Me siento bastante mal", reconoció Mijatovic.

La misma ruta hicieron Velko Paunovic y Albert Nadj, jugadores del Mallorca y del Oviedo, respectivamente."Estoy bien, un poco tristes porque dejo a buena parte de mi familia en Yugoslavia, pero, en fin, la vida sigue y mañana [por hoy] estaré otra vez en España", aseguró Paunovic desde Palic.

El jugador del Tenerife Slavisa Jokanovic, por su parte, avisó ayer al club canario que se encontraba bien y que se dirigía por carretera a Budapest. Una vez en la capital húngara, declaró a la cadena Cope: "No ha habido ningún problema para salir". Vladimir Jugovic, jugador del Atlético de Madrid, por otro lado, fue uno de los últimos futbolistas que logró anoche alcanzar la frontera húngara. El jugador comentó que incluso llegó a ver desde lejos las consecuencias bélicas mientras se dirigía hacia el país vecino desde la localidad de Novi Sad.

Fuentes de la embajada española en Budapest dijeron ayer a la agencia Efe que durante todo el día habían sido infinidad el número de ciudadanos yugoslavos que habían solicitado un visado para volar a España. Dichas fuentes no pudieron confirmar si alguno de ellos, como así parece, es familiar de alguno de los internacionales yugoslavos que juegan en equipos españoles.

Djorovic, jugador del Celta, por su parte, anunció en la cadena Cope que intentaría salir de Yugoslavia "si puede ser".

"Mis padres están en Belgrado", añadió, "La situación está muy difícil. Voy a intentar salir, pero mi situación es muy complicada porque aquí están mis padres y mi hermana. El aeropuerto de Belgrado está cerrado. Voy a intentar salir por Budapest o por cualquier ciudad".

Kovasevic, de la Real Sociedad, pidió a su club un permiso de un día para dejar a sus padres en lugar seguro y llevarse a San Sebastián a su mujer y a su hijo mayor.

Djordjevic, duro con la OTAN

El base yugoslavo del equipo de baloncesto del Barcelona lamentó ayer que la OTAN bombardeara su país y criticó con dureza que "no intervenga en otros casos de terrorismo". "En otros países, como Irlanda del Norte, el País Vasco o Turquía también hay conflictos y la OTAN no reacciona así contra sus pueblos", masculló visiblemente afectado el jugador que tiene a su familia en la zona del conflicto. Momentos antes de saltar a la cancha con su equipo en el partido que le enfrentó al Estudiantes habló por teléfono con su esposa.

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