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Los habitantes de las ciudades piden a los agricultores que produzcan barato y que cuiden el medio ambiente

La labor de los agricultores, a los ojos de los habitantes de las ciudades, ya no se limita a la producción de alimentos. Según una encuesta realizada por la Unió de Llauradors-COAG, la sociedad urbana reclama también del medio rural un compromiso firme en la defensa y mantenimiento del medio ambiente. El estudio, dado a conocer ayer, realiza una radiografía de lo que piensan los habitantes de las urbes del mundo rural. Un análisis que rompe con la idea de que la sociedad urbana considera que los agricultores viven de las subvenciones. Los habitantes de las ciudades consideran necesarias las ayudas a los productores, aunque matizan que con ellas se debe propiciar una moderación de los precios y un compromiso de los agricultores de conservar el entorno. A estas líneas se une un tercer tema que se considera importante desde el medio urbano: la necesidad de evitar un despoblamiento del campo. De hecho, cerca del 70% de los urbícolas entrevistados estarían dispuestos a pagar más impuestos si con ellos se garantizasen los aspectos antes expuestos. La visión que desde la ciudad se tiene del campo no es precisamente idílica. De una parte se señala el cada vez mayor despoblamiento de las zonas rurales, se apunta que los agricultores precisan de mayor formación técnica para su trabajo al igual que una mayor formación cultural. Y a pesar de que los ciudadanos creen que los agricultores son necesarios, recomiendan a los jóvenes que se formen y se dediquen a otra cosa. Sin embargo, los urbícolas, cuando viajan al campo -lo que hacen de forma muy escasa, ya que más del 40% ha salido menos de 5 veces en el último año- no visitan "una zona productora de alimentos", sino una especie de gran parque. La mayoría de los encuestados opta por pasear, conocer pueblos, comer en restaurantes típicos o ir a fiestas populares. Las escapadas rurales son aprovechadas para comprar productos alimenticios locales o artesanía local. También destaca un aumento de demanda de oferta en turismo rural -con todas las mejoras que ello implica- y se pronuncian contrarios a incrementar el número de hoteles, campos de golf o cotos de caza. Con todo, señalan que lo importante es mantener la agricultura y la ganadería. Los encuestados exigen estas mejoras a la Consejería de Agricultura, más que a otras administraciones. El informe se completa con una visión del mundo rural sobre él mismo, en el que los habitantes del campo lamentan la falta de infraestructuras básicas, aunque prefieren no emigrar a las ciudades, eso sí, pero no trabajar en la agricultura.

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