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Un acusado de violación e intento de asesinato dice no recordar nada

Aitor Gómez, de 24 años, acusado de violar varias veces e intentar asesinar a una joven en Arrigorriaga, aseguró ayer, en el comienzo de la vista oral en la Audiencia de Bilbao, que no recordaba ninguno de los hechos por los que el fiscal le pide 29 años de cárcel. El acusado comenzó su declaración nervioso y preguntó tanto a la fiscal como al abogado de la acusación particular: "¿Usted quién es?" La presidenta de la Audiencia y de su Sección Primera, Ana Belén Iracheta, tuvo que recordarle su derecho a no contestar, pero también su obligación de mantener respeto al tribunal. El acusado, quien se negó a contestar al abogado del Ayuntamiento de Arrigorriaga, personado como acusación, fue dibujando en respuesta a su defensor, Javier Galparsoro, su perfíl: un hombre de 20 años en el momento de los hechos, que cumplía el servicio militar en la base de Araca, dedicaba "a divertirse" los permisos de fin de semana y mantenía una relación estable con una chica desde hacía más de un año. De los hechos de que se le acusa no recordaba nada, aunque reconoció que conocía "de vista" a la víctima, porque frecuentaban el mismo bar. Según sus propias palabras, bebía en abundancia: "Dos o tres katxis de litro de cerveza"; cuando ya estaba "calentito" se pasaba al kalimotxo con alguna cerveza más y después, "de todo", además de fumar algo de hachís y tomar "alguna pastilla". Su relato se perdió luego en el tiempo en que fue maltratado por su padre alcohólico y volvió a la actualidad para rememorar sus "cinco o seis" intentos de suicidio en los casi tres años que lleva en prisión. La presidenta de la Sala pidió en este punto a su defensor, que centrara sus preguntas en los hechos objeto de juicio. El acusado relató también cómo se sometió voluntariamente a la prueba de identificación por el ADN, porque "no tenía miedo" y no pensaba que le "iban a culpar", según afirmó. El momento más tenso del juicio se produjo cuando la víctima declaró a puerta cerrada. La joven salió de la sala sofocada, con lagrimas en los ojos y se abrazó a un familiar que le acompañaba, rompiendo ambos a llorar, entre insultos hacia el acusado. La vista prosiguió con la declaración de una mujer que recogió a la víctima en la puerta de su caserío manchada de sangre y diciendo: "Necesito ayuda, me quiere matar". Gómez está condenado por unos hechos similares ocurridos también en Arrigorriaga, 15 meses después.

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