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Entrevista:MITXEL UNZUETA GERENTE DE LA RED EUROPEA DE ARBITRAJE

"El arbitraje se va a imponer sobre los tribunales de Justicia en Europa"

El abogado Mitxel Unzueta (Bilbao, 1932) dejó hace años la política activa en el PNV para dedicarse a su actividad profesional. Su nombre saltó a los medios de comunicación cuando encabezó el proceso de mediación en el conflicto del butano. Unzueta quita hierro al fracaso en este proceso de mediación y defiende las ventajas del arbitraje, que ofrece en caso de litigio una solución más ágil y barata que los tribunales de Justicia. Presidente del Tribunal Arbitral de Comercio de la Cámara bilbaína, Unzueta codirige la Red Europea de Arbitraje que se ha constituido recientemente para resolver mediante laudo los conflictos entre las pequeñas y medianas empresas europeas. Pregunta. ¿Cómo nació la red europea de arbitraje? Respuesta. Surgió espontáneamente dentro de la Unión Europea. Empezó con los abogados de las Cámaras de Comercio francesas, que se dieron cuenta de que había un problema a resolver: los litigios de las pequeñas y medianas empresas con otras empresas europeas y para las que no había un sitio en los Tribunales de Arbitraje de París y Londres, que se dedican a los conflictos de las multinacionales. Se creó en marzo de 1996 una agrupación europea de interés económico para organizar esta red de centros de arbitraje que actúa, por ejemplo, cuando un pequeño o mediano empresario tiene un problema con un empresario de otro país europeo. P. ¿Qué Cámaras de Comercio integran la red de arbitraje? R. Estamos las Cámaras de Comercio de Bilbao, Burdeos, Lille, Londres, Lyon, Marsella, Toulouse, Murcia y Turín, pero el objetivo es extender esta red a toda Europa. Además, hemos firmado un convenio específico de arbitraje entre Aquitania y Euskadi las cámaras de Bayona, Burdeos, Bilbao y San Sebastián para impulsar este sistema de resolución de conflictos en el Golfo de Vizcaya. P. ¿Qué dificultades han encontrado para constituir la red? R. La red de arbitraje supone ensamblar culturas jurídicas, hábitos jurídicos y lenguas distintas y esto tiene su complejidad. A nivel vasco, uno de los problemas más importantes es el del bilingüismo. Los abogados jóvenes saben inglés pero les falta experiencia y a los veteranos, idiomas. Yo mismo estoy estudiando francés. A nivel europeo, estamos centrados en la preparación de árbitros, fundamentalmente, abogados que sean, al menos, bilingües. Hemos organizado unos talleres para formar árbitros que se celebrarán en junio en Turín, en julio, en Bilbao y en octubre, en París. El objetivo es dotar a los árbitros de unos conocimientos mínimos para moverse en el entramado europeo. Bruselas apoya el proyecto y ha aportado para empezar unos 10 millones de pesetas. P. ¿Qué ventajas ofrece el arbitraje frente a los tribunales de justicia ordinarios? R. Hasta ahora, si un pequeño o mediano empresario tenía un litigio por impago de una empresa italiana, por ejemplo, tenía dos opciones: olvidarse del problema o pleitear en un tribunal nacional. Ninguna de las dos soluciones son óptimas y ahí tiene su espacio el arbitraje. Nuestro objetivo es que un arbitraje complejo se resuelva en seis meses y uno sencillo, en tres meses. Son unos plazos que no tienen nada que ver con los tribunales ordinarios. Un laudo además, una vez se lleva a un notario, tiene el mismo valor que una sentencia. P. ¿Cree que el arbitraje va a comer terreno a los tribunales de Justicia? R. Los contratos y normativas se están homogeneizando en Europea pero curiosamente, no se ha dado ningún paso para unificar los sistemas de Administración de Justicia estatales. Los tribunales siguen en el siglo pasado, son estructuras no operativas, que no están preparados para responder a los litigios de comercio intraeuropeo. El arbitraje va a jugar el mismo papel que el inglés en el ámbito europeo. Hoy día no se prevé que puedan desaparecer los tribunales de Justicia pero el arbitraje va a saltar por encima de estas barreras y se va a imponer. El Gobierno de los Estados Unidos tiene un montón de discrepancias con empresas y países y si no recuerdo mal, en los últimos cinco años ha llevado uno 700 asuntos al Tribunal Arbitral de París. P. ¿El arbitraje no supone para los abogados echarse piedras sobre el propio tejado? R. No hay cultura de arbitraje, tampoco entre los abogados. Por eso, muchos desconfían del arbitraje porque realmente, las minutas son mayores en un pleito que en un arbitraje. Sin embargo, el arbitraje dura un año y el pleito sólo en primera instancia dura dos años. Ganas más pero trabajas mucho más en un pleito, gastas más tiempo y además, rindes menos porque cada vez que tocas un asunto han pasado mucho tiempo y tienes que volver a repasártelo. Así que en el arbitraje ganas menos pero más rápido y profesionalmente, quedas mucho mejor. P. ¿El fracaso de la mediación en el conflicto del butano demuestra la debilidad de este sistema frente al arbitraje? R. La mediación, que no es decisoria, cumplió el objetivo de que las partes se sentaran en una mesa a hablar. La mediación y el arbitraje son dos fases completamente distintas aunque pueden ser complementarias. Aquí no hay costumbre de mediación, pero en Europa hay profesionales de la mediación y en Internet hay listas de mediadores especializados en todos los temas.

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