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Entrevista:

"Garantizamos la defensa de Navarra ante todos los nacionalismos"

Un gran cartel con una fotografía de Juan José Lizarbe (Olite, 1962) en color pende a la entrada de la sede del PSN-PSOE en Pamplona. El secretario general de los socialistas navarros y candidato a la Presidencia foral la mira entre satisfecho y pudoroso.

Pregunta. ¿Tendrá el PSN dificultades con su mensaje electoral ante la previsible polarización de la campaña entre nacionalismo y navarrismo?

Respuesta. No creo que haya dificultades para aclarar que aquí hay dos posibilidades de Gobierno: uno conservador, del PP, que en Navarra se lla-ma UPN, con los apoyos que pueda conseguir, y una alternativa progresista que pasa por que el PSN obtenga un buen resultado. ¿Cuál? Eso es lo de menos. Un buen resultado, porque hay otros partidos que con relativa facilidad se iban a sumar a nosotros para configurar ese Gobierno progresista que sin el PSN será imposible.

P. ¿Con qué fuerzas hace los cálculos?

R. Con IU y con CDN si finalmente se decide a apoyar un Gobierno progresista y olvidar esa vía de pacto con UPN que no le ha supuesto ningún balón de oxígeno. En Pamplona la fórmula de progreso funciona muy bien y su Ayuntamiento es la institución mejor valorada de la comunidad.

P. ¿A qué instituciones alcanzaría ese pacto?

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R. Estaríamos abiertos a debatir su extensión a municipios y mancomunidades porque creemos en la progresiva descentralización del poder a los municipios. La experiencia en Pamplona [Gobierno entre PSN, IU y CDN] ha sido satisfactoria.

P. Refleja usted un excesivo optimismo preelectoral.

R. No, en absoluto. Es que en el PSN ya nos hemos creído lo que pregona Borrell. Creemos tanto en esa opción progresista que ya nos achacan una ambición desmedida. ¡Para nada! Queremos gobernar esta comunidad y yo quiero ser su presidente porque estoy convencido de que podemos hacerlo mejor que UPN.

P. Las encuestas parecen premiar a UPN y EH.

R. No lo creo. UPN crece a costa del reagrupamiento del voto de CDN, que parece que se desploma, y EH tendrá que remontar resultados desde un poso de votantes muy menguado.

P. ¿Se va a convertir el debate electoral en una competición entre UPN y ustedes sobre quién defiende más el navarrismo frente al nacionalismo vasco?

R. No creo que vayamos a caer en una competición de navarrismo al estilo de UPN. Entre otras cosas, porque nosotros defendemos Navarra sin las hipotecas que ellos tienen con el PP, derivadas de las que el PP tiene con el PNV.

P. ¿Cómo debe encarar Navarra su relación con Euskadi?

R. No creemos en un espacio o entidad intermedia entre Navarra y España. Queremos una relación directa con el conjunto de España, de la que formamos parte. A partir de ahí, no creemos en la integración de Navarra en Euskadi ni en la integración junto con Euskadi en una realidad supraterritorial, se llame Euskal Herria o se llame como se llame. Sabemos que el PSN es un problema para el Pacto de Lizarra porque somos una garantía de la defensa de Navarra ante todos los nacionalismos, el vasco e incluso a veces el nacionalismo español. Seremos radicales en ese sentido.

P. ¿Reeditará el malogrado órgano común permanente de relación con Euskadi?

R. No lo habrá. Lo que tiene que haber es una relación real. Pero eso depende de los Gobiernos respectivos. Lo que no puede ser es que, como ha ocurrido hasta ahora, los presidentes ni siquiera se hablen. La relación debe ser de igual a igual. Completa, normal, de cooperación. Una vía respetuosa y lenta para no empezar la casa por el tejado. No puede ser que una parte de Navarra decida la relación de toda Navarra con Euskadi.

P. Usted firmó con Joaquín Almunia una declaración por la que renuncia a cualquier colaboración con el nacionalismo vasco en Navarra o a usar la abstención de EH para llegar al Gobierno. ¿Por qué lo ha hecho?

R. Dejando claro que navarros somos todos, incluso los nacionalistas, nos gustaría que esos nacionalistas vascos en Navarra lo fueran también de Navarra y actuaran en clave de respeto a Navarra. Pero no lo están haciendo. Ni los violentos ni los no violentos. Están en una estrategia que nos impide contar con sus votos mientras no se aclaren sobre qué armas usar en democracia. Si, pese a todo, los ciudadanos les votan y al final todo depende de EH, no gobernaremos nosotros, sino que gobernará la derecha. Si el 13 de junio en la calculadora para formar Gobierno uno de los sumandos es EH, yo no seré candidato a la presidencia. Me gustaría que Miguel Sanz se comprometiera a lo mismo, a renunciar a usar el voto de EH para ser el presidente de Navarra. Pero a UPN le hace falta el Gobierno como a nosotros el oxígeno y no lo hará.

P. ¿Descarta la posibilidad de un Gobierno de gran coalición UPN-PSN?

R. Así es, porque aquí no ha habido ninguna guerra y esto no es Alemania en 1945. En todo caso, somos nosotros quienes estamos en la centralidad política y seríamos quienes decidiéramos al respecto. Pero no es nuestra apuesta. Si la noche del 13 de junio, calculadora en mano, vemos que hay mayoría para un Gobierno de progreso, nos lanzaremos a articularlo.

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