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Suiza rechaza un recurso contra la entrega de papeles de la fundación de Conde

El Tribunal Cantonal de Vaud, en Lausana (Suiza), rechazó el pasado 10 de marzo un recurso de Francisco Javier Sitges, acusado en el caso Banesto, contra la entrega a España del reglamento y los movimientos bancarios de la fundación de familia Melvin, domiciliada en Liechtenstein e integrada al 25% cada uno por Mario Conde, Arturo Romaní, Mariano Gómez de Liaño y Sitges. Dicha fundación canalizó fondos hacia la trama suiza de Conde (sociedades Kaneko Holding, Asni y Jamuna).

La fundación de familia, asimismo, garantizó operaciones de crédito en la Banque Cantonale Vaudoise, de Lausana. Sitges puede recurrir todavía al Tribunal Federal de Suiza, última instancia de decisión.El juez de instrucción del cantón de Vaud, Jacques Antenen, recibió el 22 de junio de 1998 la versión en regla de una comisión rogatoria por la que la sala de lo Penal, sección primera, de la Audiencia Nacional, a iniciativa de Banesto y con apoyo del fiscal, solicitó el reglamento de la fundación de familia Melvin y los movimientos bancarios realizados por la misma.

Gallone colabora

La petición fue realizada inmediatamente después de recibir en España la segunda declaración del abogado Paolo Gallone, fiduciario en la trama suiza, quien reveló en Lausana, el 24 de septiembre de 1997, la existencia de la llamada fundación de familia Melvin, integrada al 25% por Conde, Romaní, Gómez de Liaño y Sitges.

El juez Antenen solicitó a Gallone, fundador y administrador de la citada fundación, el reglamento de la misma, y pidió a la Banque Cantonale Vaudoise (BCV) los movimientos bancarios de la fundación. Gallone, que está acusado en Suiza, a raíz del procedimiento español, de un delito de falsedad en documento a raiz de sus declaraciones en el caso Banesto, colaboró con el juez.

Gallone aportó el reglamento y la Banque Cantonale Vaudoise los movimientos y transferencias de la fundación Melvin. El pasado mes de diciembre el juez Antenen dictó una resolución en la que ordenaba la entrega del material a la Audiencia Nacional española. En su resolución otorgó un plazo a Sitges, que se había personado en la causa, para recurir. Los abogados de Sitges en Lausana examinaron la documentación a ser transmitida y presentaron un recurso contra la entrega. Francisco Javier Sitges es acusado en España, en el caso Banesto, por presuntos delitos de estafa canalizados a través de la trama suiza (operaciones Promociones Hoteleras e Isolux). Según ha declarado tanto en el proceso de instrucción como en el juicio oral, no tiene ningún tipo de relación con las sociedades suizas ni con la fundación de familia Melvin.

Al justificar su capacidad para recurrir ante el Tribunal Cantonal de Vaud, la defensa de Sitges, según dijeron fuentes jurídicas, argumenta que como la fundación Melvin ha sido disuelta, ésta ya no puede actuar, lo que conduce a reconocer, a los que fueron sus beneficiarios, la posibilidad de actuar. En efecto, Melvin fue disuelta el 22 de febrero de 1994, poco después de la intervención de Banesto por el Banco de España a la vista de su situación de riesgo.

El Tribunal Cantonal estima que el argumento de la disolución planteado por la defensa de Sitges es un abuso de derecho y que, si bien Sitges aparece como beneficiario en el reglamento, no está considerado en los estatutos y en la liquidación de la misma como propietario de la fundación.

No aparecer ante terceros

La decisión de los jueces suizos añade que la fundación de familia Melvin, creada en 1989, fue integrada por cuatro personas -se refiere a Mario Conde, Mariano Gómez de Liaño, Arturo Romaní y Francisco Javier Sitges, aunque sin citarlos por su nombre- cuyos lazos familiares o de parentesco no parecen evidentes y que, además, adoptaron medidas para no aparecer jamás como beneficiarios ante terceras personas.

El tribunal subraya que la fundación fue disuelta sólo después de que se dispuso del dinero de sus cuentas bancarias y que, por otra parte, la institución de la fundación de familia ha sido utilizada como un instrumento para fines que le eran ajenos. El tribunal subraya la paradoja de que Sitges ha ocultado durante largo tiempo su participación en Melvin como beneficiario y el hecho de que ahora pretenda aprovecharse de esa condición para recurrir.

Si bien el tribunal rechaza la calidad de recurrente de Sitges, y desestima por ello su recurso, no se abstiene de entrar al fondo de los argumentos (falta de proporcionalidad, prescripción de los presuntos delitos y otros), y los rebate uno por uno, haciendo una referencia a las anteriores dos comisiones rogatorias ya cumplimentadas en el caso Banesto.

La defensa de Sitges tiene hasta primeros de abril para recurrir a la última instancia que le queda, el Tribunal Federal, que tras la presentación del recurso puede tardar otros dos meses en resolver. Se estima que el tema quedará zanjado en junio. Si el Tribunal Federal vuelve a desestimar el recurso, los documentos serán inmediatamente enviados a España.

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