La pintura y el flamenco reúnen al poeta Félix Grande y el pintor Niebla
Un cuadro, Entrada a la mina, que se exhibe en la exposición que el pintor Josep Niebla presenta en la galería Barcelona hasta el 31 de marzo, resume la intención de la charla Lo hondo del cante jondo y lo hondo de la pintura, que se celebró el pasado martes en la misma sala. Los conferenciantes fueron el propio artista y el flamencólogo y poeta Félix Grande. Ambos tejieron un discurso que podría resumirse en que cualquier expresión artística necesita de la autenticidad del sentimiento para poderse considerarse como tal. Grande se refirió a Entrada a la mina no sólo como expresión plástica paralela a la musical de los cantes de la mina, especialidad hiriente del flamenco, sino que en su composición matérica encontró la evocación de sangre seca. "La mejor definición del flamenco la dio la cantaora Tía Anica La Piriñaca al decir: "cuando canto a gusto la boca me sabe a sangre", explicó Grande, quien opina que el sufrimiento está ligado intrínsecamente al flamenco. Grande comparó la fuerza expresiva del flamenco con la que se necesita para realizar un cuadro. Un concepto que fue corroborado por Josep Niebla en su intervención. "Defiendo clara y absolutamente la necesidad de la sensibilidad en la pintura. Mis temas son el drama, el amor, la vida, la naturaleza... lo mismo que expresa el flamenco", dijo el pintor. Niebla tomó la idea expresada anteriormente por Grande de que los flamencos interpretan su arte como si les fuera la vida en ello, para explicar las motivaciones personales que les llevaron a dedicarse al mundo del arte. "Aunque suene a trasnochado, yo me metí en la pintura porque también me iba la vida en ello. Para mí, una obra es válida cuando el artista ha intentado dar en ella lo mejor de sí mismo", dijo el pintor. Grande, por su parte, aunque se confesó no ser demasiado conocedor del mundo de las artes plásticas, subrayó: "Josep no tiene que vanagloriarse de haber pintado estos cuadros. Más bien debe dar gracias a la historia del arte, de la que ha heredado un bagaje. Su obligación es no malgastar este legado y, si puede, hacer su propia aportación". Niebla lamentó que el mundo de la creación plástica no tuviera quien explicara la pintura con el fervor que Grande lo hace con el flamenco. "Tenemos una crítica de arte que, principalmente en la prensa diaria, es críptica y, sobre todo, aburrida".
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