SOS Racismo acusa a la justicia de ser "insensible" ante la xenofobia

Los tribunales, y en general todos los profesionales encargados de impartir justicia, no utilizan los mecanismos que les otorga la ley para perseguir las conductas racistas y xenófobas. En las conclusiones del informe anual correspondiente a 1998 elaborado por la oficina de denuncias de SOS Racismo en Cataluña, el abogado de la entidad, Jordi Galdeano, constata que la creciente sensibilidad de la sociedad hacia la diferencia y la multiculturalidad no se ha trasladado al ámbito forense.

"Ya sea por desidia, por dejadez o por desconocimiento, los operadores jurídicos no utilizan las armas que tienen a su alcance para luchar contra la lacra del racismo", lamenta el abogado de SOS Racismo. Durante el año pasado, la oficina de esta organización no gubernamental en Cataluña recibió un total de 220 denuncias de ciudadanos o ciudadanas que sufrieron agresiones de carácter racista. Un 30% de estas quejas han sido llevadas a los tribunales por la organización al considerar que los denunciantes habían sido víctimas de conductas delictivas. La mayoría de estos procedimientos judiciales (un 80%) se han resuelto con una sentencia favorable a la organización. No obstante, el abogado Jordi Galdeano expresa su preocupación ante la escasa concienciación que ha detectado en el ámbito forense para castigar de forma ejemplar las conductas racistas. El abogado afirma que los tribunales no acostumbran a aplicar el agravante genérico incluido en el Código Penal en la reforma de 1995 que permite incrementar las penas ante un hecho de tintes claramente racistas. No sólo no se aplica este agravante, sino que a menudo se impone "una penalidad atenuada" a los autores de agresiones racistas o discriminatorias. De esta manera, señala el letrado, "el mensaje que llega al ciudadano es que no se castiga la agresión xenófoba o discriminatoria". Galdeano no sólo recrimina por ello a la justicia, sino también al poder legislativo. Muchos de los artículos incluidos en el Código Penal son de "aplicación imposible y tienen un carácter de legislación simbólica", señala. En su opinión, sería necesario impulsar campañas de sensibilización dirigidas a jueces, fiscales, abogados y otros profesionales relacionados con la justicia para transmitirles "la inquietud social y el inexorable futuro de una sociedad cada vez más multiétnica". De las 220 denuncias recibidas durante el año pasado en la oficina de SOS Racismo, la mayoría (28) corresponden a agresiones y discriminaciones cometidas por particulares. La portavoz de la organización, Elisa Gutiérrez, destacó que este tipo de acciones crecen año tras año e indicó que ello es "preocupante", puesto que "supone la expresión más cotidiana y fácil del racismo". En segundo lugar se sitúan las agresiones y los abusos de los cuerpos de seguridad (19 denuncias). Gutiérrez señaló que todos los cuerpos policiales cometen excesos con inmigrantes por motivos racistas. Al igual que en 1997, el año pasado fueron sólo tres las víctimas que denunciaron agresiones de bandas de skins. La mayoría de los denunciantes son magrebíes (30%). Gutiérrez expresó su satisfacción porque, por primera vez, algunas de las denuncias han procedido de ciudadanos que han sido testigos de actos discriminatorios. SOS Racismo advierte que todavía hay miedo a denunciar actitudes racistas.