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La ley del deporte catalán creará un ámbito federativo "supraautonómico"

La Generalitat prepara la aprobación de una ley que permitirá a las federaciones catalanas actuar en el "ámbito supraautonómico". Ese término encubre las aspiraciones de rango internacional que promueve la Plataforma pro selecciones catalanas, a la que se adhirió CDC. La reforma modifica el marco legal del deporte catalán, pero trata de eludir que el Gobierno central le interponga un recurso de inconstitucionalidad, como ocurrió con la ley vasca.

El proyecto de ley, que se discutirá en el Parlament, es criticado por ambiguo y poco claro por las 58 federaciones catalanas, que controlan un universo de 9.000 clubes y se quejan de que sus propuestas no han sido tenidas en cuenta por el Ejecutivo. La Generalitat puso en marcha una reforma total de la Ley del Deporte de 1988, en la que se pretendía una adaptación global que incluyese los problemas de encaje de las 58 federaciones catalanas en el marco estatal e internacional. En el texto trabajaron intensamente tanto David Moner, presidente de la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña, como los abogados Marc Robles y Vicenç Matas, que encauzaron muchas propuestas de federaciones. Sin embargo, Presidencia de la Generalitat ordenó frenar la iniciativa rupturista y concentrarse en el proyecto de ley de la jurisdicción deportiva, que modifica con ambigüedad -y a través de disposiciones adicionales- criterios de la Ley del Deporte. El cambio de diapasón, que todas las fuentes consultadas atribuyen al propio presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, originó un proyecto de ley que se debe de forma sustancial a Carles Trullols, legendario guardameta de hockey sobre patines que es secretario del Comité Catalán de Disciplina Deportiva y jefe del Registro de Entidades Deportivas de la Generalitat. Entre una y otra estrategia se produjo el aparcamiento del proyecto de reforma de la Ley del Deporte que pretendía Pedro Antonio Martín Marín [ex secretario de Estado para el Deporte] en junio de 1998, y que se caracterizaba por no atender la realidad autonómica española. También se ha enviado al Tribunal Constitucional la ley del deporte vasca, que atribuye a sus federaciones el carácter de representante "único" de sus deportistas. La Generalitat ha optado por una reforma de perfil bajo que intenta ser aceptada por el Gobierno del PP. Sin embargo, varias federaciones catalanas coinciden en considerar poco apropiado que un asunto así se dirima en disposiciones adicionales y que no se resuelva lo esencial, romper la organización centralista del mundo federativo español. Ambigüedades El nudo gordiano de la proyección internacional de las federaciones catalanas y sus equipos se resuelve por una modificación de la redacción de artículos anteriores de la Ley del Deporte. A partir de la aprobación de este texto en el Parlament de Catalunya, "las federaciones deportivas catalanas pueden formar parte, como miembros, de las correspondientes federaciones de ámbitos supraautonómicos y de otras entidades a los efectos de su participación, desarrollo y organización de actividades deportivas en esos ámbitos, en los términos que establezcan las respectivas normas estatutarias y los principios derivados de su aplicación". La sibilina redacción que modifica la legislación anterior inventa un nuevo espacio -el "supraautonómico"- sin definirlo. La estrategia se repite en la redacción de otros dos artículos modificados. "Las federaciones deportivas catalanas de cada modalidad deportiva son las representantes del respectivo deporte federado en los ámbitos supraautonómicos", expone el segundo artículo, que deja entrever que esos "ámbitos supraautonómicos" [en plural] son más de uno. Sin aportar más luz, otro artículo plantea: "Las normas y reglamentos de las federaciones supraautonómicas solamente son aplicables a las federaciones deportivas catalanas y, si corresponde, a sus clubes y entidades afiliadas en materia disciplinaria y competitiva cuando actúen o participen en competiciones oficiales de los respectivos ámbitos supranacionales". Un sector de los críticos a la nueva legislación considera que la definición del espacio "supraautonómico" carece de la franqueza del texto del Gobierno vasco. Desde el punto de vista organizativo, la reforma copia los esquemas estatales basados en una secretaría general y un Consejo Superior de Deportes, sin resolver las complejidades históricas del deporte catalán, que seguirá adscrito al Departamento de Cultura. El secretario general del Deporte será el presidente del Consejo Catalán del Deporte, el cual, a imagen y semejanza del de Madrid, tendrá como responsabilidad la gestión deportiva. El nuevo marco legal reconoce a la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña "la capacidad jurídica para proponer acciones comunes de mejora y desarrollo del deporte catalán", al que representará.

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