Oskar Lafontaine se encierra con su familia y pide que le dejen en paz
Fiel a su promesa, Oskar Lafontaine se encerró ayer en su casa de Saarbrücken, capital del Estado federado de Sarre, con su hijo Carl-Maurice, de dos años, y su esposa, Christa Müller. Con ellos se ha retirado, cortando todos los lazos que hasta el jueves le ataban como ministro de Finanzas de Alemania y presidente de los socialdemócratas de este país. Ni siquiera el canciller Gerhard Schröder ha logrado hablar con él. "Sacad vuestras fotos y dejadnos en paz", dijo ayer a la prensa desde el balcón donde posó con su hijo. Decenas de periodistas han acampado frente a su casa, situada en un pueblo universitario cercano a la frontera francesa, en busca de respuestas a su dimisión. "No quiero hablar de eso. Soy un ciudadano más", dijo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.