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Alemania quiere un comité militar europeo al margen de la OTAN

Fischer propone un órgano permanente como germen de la defensa europea para gestionar crisis como la de los Balcanes

ENVIADO ESPECIALLa presidencia alemana de la Unión Europea (UE) tanteó ayer a sus socios comunitarios proponiendo la creación de una estructura político-militar permanente como primer germen del brazo armado en que algunos quieren ver convertida la política europea de defensa. El documento alemán se basa en la declaración franco-británica de diciembre pasado en Saint-Malo y propone crear un comité militar y un cuerpo permanente político-militar.

El texto fue presentado ayer, con carácter de documento de reflexión, durante la reunión informal de los ministros europeos de Asuntos Exteriores en el castillo de Reinhartshausen, en Eltville, la periferia de Wiesbaden. Encontró acogidas favorables (el francés Hubert Védrine se declaró "muy contento"), expectantes (el español Abel Matutes la saludó, pero pidió "tiempo para reflexionar") e incluso cautas (el holandés Jozias van Aartsen no la descalificó, pero renegó de la idea de crear un comité militar).El papel alemán trata de poner en negro sobre blanco la iniciativa lanzada por Francia y el Reino Unido en la cumbre de Saint Malo, el 4 de diciembre último. En aquel histórico manifiesto, el Gobierno de Tony Blair abrazó por primera vez con claridad la identidad europea para la defensa o, lo que es lo mismo, se dio el primer paso para concretar la idea acordada entre Washington y los aliados encuadrados en la OTAN para que la Unión Europea se dote de un sistema de intervención militar que no dependa de la Alianza Atlántica. Se trata, sobre todo, de intervenciones de pacificación y ayuda humanitaria que ya podrían haberse puesto en marcha en conflictos como el de Bosnia y Kosovo... si hubiera existido.

El documento presentado por el ministro verde alemán Joschka Fischer remarca la necesidad de crear tanto una estructura de reflexión y toma de decisiones como la de tener en cuenta las necesidades militares.

Y propone reuniones regulares o específicas de los ministros de Asuntos Exteriores junto a los de Defensa, un cuerpo permanente de representantes formado por expertos político-militares, la creación de un comité militar de la Unión Europea integrado por militares y un estado mayor militar que incluya un centro de situación, un centro de satélites y un Instituto de Estudios para la Seguridad.

"En lo que respecta a los medios militares, las naciones necesitan desarrollar fuerzas adicionales (incluyendo cuarteles generales de fuerzas) que sean capaces de gestionar operaciones de crisis; sus grandes características han de ser: desplegabilidad, sostenibilidad, interoperatividad, flexibilidad y movilidad", defiende Alemania.

La propuesta subraya la necesidad de que participen todos los socios de la UE que pertenecen a la OTAN, encontrar el modo de asociar a los que no pertenecen a la Alianza, consultas transparentes entre ambas instituciones y evitar las duplicaciones.

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Matutes -que llegó al consejo a media tarde, al averiarse el avión que le traía desde Ibiza- definió esto como "actuar de forma concertada para no perjudicar el vínculo transatlántico", por un lado, e ir hacia una fusión de la Unión Europea Occidental (UEO) en la UE, por otro. Y pidió tiempo y calma: "No hay que alarmarse. Sólo estamos profundizando en la identidad europea para la defensa que se está debatiendo en el seno de la OTAN". También el francés Védrine pidió tiempo, aunque no ocultó su satisfacción, y subrayó que es más importante hacer calar la idea que imponer un marco institucional: "En Washington se verá si se subraya la idea de la defensa europea; lo institucional ya vendrá".

Pero todo eso es, de momento, sólo un proyecto que debería obtener un impulso en la cumbre de Colonia, en junio. Mientras tanto, la Unión Europea sigue dependiendo de la OTAN en conflictos como el que tiene lugar en Kosovo. Los ministros estudiaron la situación en la zona y las consecuencias de una eventual negativa serbia a firmar los acuerdos alcanzados en las conversaciones de Rambouillet.

Los Quince advirtieron ayer que "no es posible separar lo político de lo militar". O, lo que es lo mismo, que ninguna parte puede asumir la porción política del acuerdo y oponerse al despliegue de tropas llamado a garantizar su cumplimiento.

Algunos ministros, que temen que Serbia no ratifique el acuerdo en París, sostienen que esa segunda y última ronda de negociaciones "debe durar como máximo tres o cuatro días". Otros subrayaron que no se debe imponer ningún límite de tiempo.

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