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Entrevista:

JORDI SABATÉS PIANISTA Y COMPOSITOR "Siempre admiré a Buster Keaton, es un personaje puro"

Jordi Sabatés y la Camut Band presentan hoy en el Teatro Arriaga, dentro de las actividades del Festival de Cine de Bilbao, su montaje Keatoniana, un original espectáculo de homenaje a la figura de Buster Keaton en el que se entremezclan música, claqué y una de las obras menos conocidas de la filmografía del actor: Sherlock Jr. Pregunta. No es la primera vez que elige la figura de Keaton para uno de sus trabajos. Respuesta. No. En 1979, ya hice un disco, Portraits, donde realizaba una serie de retratos musicales de personajes que me han marcado especialmente, como Baudelaire, Satie o Borges, y entre ellos estaba Keaton. Siempre sentí admiración por él. Es más que un actor; es un personaje puro que tuvo mucha influencia en el surrealismo. P. Cine, piano, percusión y claqué. ¿Cómo aúna estos elementos? R. Desde luego es un montaje complicado, aunque sea al tiempo contenido y sobrio. Es un espectáculo íntegro alrededor del mediometraje Sherlock Jr, de 1924. Comienzo al piano con el Portrait de Keaton e inmediatamente entra la Camut Band: el percusionista Toni Español y Rafael y Lluis Méndez, que bailan una danza endiablada de claqué sobre unos tambores gigantes que imitan bobinas de cine. Luego ya comienza la proyección del filme acompañada de la música y de las coreografías. Es muy impresionante y mágico. El diseño de luces, de Nami Valls, es muy importante: llevamos un ciclorama, gradaciones de luz, etcétera. P. ¿Por qué ha elegido esta película? R. Aunque es una de las menos conocidas, es de una enorme modernidad. Tiene secuencias que la ponen a la altura de las obras maestras. En este filme, Keaton encarna a un proyeccionista de cine que sueña que entra dentro de la película que está proyectando. Se produce una duplicación entre el mundo real y el onírico. El mundo de los sueños, el juego especular, son temas que me interesan mucho. Con la banda sonora y las coreografías se refleja esta duplicidad; no pretendo sólo acompañar la proyección, tal y como se suele entender el cine mudo. P. Éste es su tercer espectáculo de cine y música. ¿Es el último de este tipo? R. En principio era una trilogía. Comencé con el Nosferatu, de Murnau. Éste me llevó a El mundo mágico, de Georges Méliès, y tras éste he hecho Keatoniana, que de los tres es el más completo. Pero la trilogía se cierra con un último espectáculo, que de nuevo me ha llevado a Keaton. Es un montaje de marionetas, vídeo y pintura realizado a partir de una farsa que Lorca le escribió como homenaje, El paseo de Buster Keaton. Lo curioso es que Lorca también estaba fascinado por El viaje a la luna de Méliès, así que de forma casual, mi trabajo se mueve en el círculo formado por estos personajes, verdaderos pilares del siglo XX.

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